En año de sequía no se inquieta (Jeremías 17,5-10) – Jueves II de Cuaresma

No sé si es casualidad o fruto de un simbolismo especial el que precisamente con la que nos está cayendo en España nos asome por la puerta una sequía profunda. Después de este invierno sin lluvias, el aire está sucio, los campos secos, las pieles irritadas y los ánimos sombríos.

Es, sin duda, un tiempo de prueba; como una Cuaresma a lo bestia. Familiarmente las dificultades son varias pero, gracias a Dios, las raíces de las que habla Jeremías están echadas y creo que nuestro amor, nuestra confianza en el Padre y nuestra esperanza van a sostenernos en este tiempo incierto y complejo.

Esto que aquí escribo me emociona fuertemente. Me siento amado y cuidado por el Padre. Me siento protegido. Me siento sostenido.

Un abrazo fraterno

No obedecimos al Señor (Daniel 9,4b-10)- Lunes II de Cuaresma

Las lecturas de este pasado domingo nos mostraron a un Abrahán que obedecía a Dios. Luego mi hijo Álvaro me comentó que en catequesis trabajaron la obediencia: que hay que obedecer a los papás y estas cosas. Hoy vuelvo a encontrarme con un pasaje que trae la obediencia como centro. Y un Evangelio con una serie de «recomendaciones» de Jesús para la vida…

Es claro que OBEDECER es un verbo en desuso. Aún cuando la acción sea parecida… la intentamos vestir de algo que suene como más suave. Vivimos en un momento de flojeza, de bajo calado de todo, de flexibilidad… y eso se nota hasta en la manera de hablar. Le hemos quitado toda la profundidad a la acción de obedecer y la hemos vestido de negatividad.

Obedecer es, a la postre, reconocer una autoridad. Pero creo que va más allá: es también reconocer que aquel o aquellos que quieren lo mejor para mi tienen una palabra para mi vida y esperan que confíe en ella. Es aceptar que yo no puedo todo, que yo no lo sé todo, que yo me puedo desviar, que yo me puedo perder, que yo puedo hacerlo mal. Es aceptar que otro me diga lo que tengo que hacer, que otro sabe más que yo, que otro puede enderezar mi camino, que otro puede ayudarme a encontrarme, que otro sabe lo que es bueno. Nada tiene que ver con perder libertad. Nada tiene que ver con una sumisión insana.

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para descubrir la voz de Dios y obedecerla, para reconocer en otros esa voz de Dios y obedecer. Abandonarse en Aquel que me conoce y me ama por encima de todo y todos.

Un abrazo fraterno

Desgarren su corazón (Ester 14,1.3-5.12-14) – Jueves I de Cuaresma

Hoy, jueves, me enteré de la muerte de una persona. Era una persona más bien desconocida. Conozco más a su cónyuge. Joven. Enferma. Ya está con el Padre.

Su historia, la suya personal y de la de su matrimonio, me ha desgarrado el corazón. No hay palabras para expresarlo pero sentí la presencia de Dios fuertemente al saber de su muerte.

Mi oración de hoy es una acción de gracias profunda por sus vidas, por sus testimonio silencioso pero brutalmente eficaz.

Un abrazo fraterno

Renuévame por dentro con espíritu firme (Salmo 50) – Miércoles I de Cuaresma

Estoy escuchando la BSO de «Historia de un beso» de J.L. garci. Magnífica pieza que viene al pelo para orar este precioso salmo de cuaresma.

Siento que hay cosas de mi que necesitan ser tocadas por el dedo de Dios, que gritan para ser renovadas, recreadas, redibujadas. Uno solo no puede con todo, ni con todo lo de fuera ni con todo lo de dentro. Hay aspectos que parece que pesan tanto… que llevan ahí tanto tiempo… pero siempre es tiempo de oportunidad.

Hoy elevo esta oración: renueva mi Espíritu.

Un abrazo fraterno

El ayuno ( Isaías 58,1-9a) – Viernes después de Ceniza

«El ayuno que yo quiero es éste:

Abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos,
dejar libres a los oprimidos,
romper todos los cepos;
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
vestir al que ves desnudo,
y no cerrarte a tu propia carne.

Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: «AQUÍ ESTOY.»»

Rasgad los corazones (Joel 2,12-18) – MIÉRCOLES DE CENIZA

Rasgad los corazones y no las vestiduras…

Hoy es Miércoles de Ceniza y da comienzo la Cuaresma un año más. Una nueva oportunidad para rasgar mi corazón y ayunar de muchas cosas, para dirigir mi espíritu hacia el Señor, para tomar conciencia de quién soy y de quién es Él en mi vida.

Hoy comienza el camino hacia la Pascua. Es un tiempo de preparación que coincide una vez más con una profunda crisis en la sociedad en la que vivo. La gente sale a la calle a protestar por los recortes que hacen los gobiernos. Gente desesperada muchas veces, desesperanzada… que empieza a sufrir en sus carnes las injusticias que otros muchos llevan años viviendo.

Este primer día de Cuaresma quiero empezar a purificar mi corazón y a preguntarme en qué he colaborado yo en todo esto, cómo puedo ayudar a que se termine… Quiero centrarme en mi corazón y no tanto en las medidas de un gobierno. Yo puedo y debo ser el protagonista de una revolución mucho más profunda y eficaz que la que se está dando.

Que el Señor me ayudE y me proteja.

Un abrazo fraterno

Él te sustentará (Salmo 54)

ENCOMIENDA A DIOS TUS AFANES, ÉL TE SUSTENTARÁ.

Los esfuerzos de una familia como la mía para salir adelante día tras día, en medio de este ruído, son verdaderamente ímprobos. Intentar trabajar en España, buscar trabajo y mantener en el que uno tiene, no es fácil hoy. Empezar a sentir la soga en el cuello de una economía familiar que sufre los efectos de meses de paro y que debe sostener a cinco miembros, es algo no especialmente agradable. Intentar educar a tres hijos para que crezcan sanos física y emocionalmente, con sus deberes y derechos, respetando la individualidad y la obra que Dios hizo en cada uno… es costoso en esta sociedad frívola, consumista y algo enfermiza.

Por eso me complace encontrarme con este Salmo a las puertas de la Cuaresma. Santiago llama al cambio en la primera lectura y el Salmo nos recuerda que Dios está con nosotros, a nuestro lado. Afronto la Cuaresma con ilusión y con el corazón abierto. Y además me he dispuesto a llevar a cabo la iniciativa que mi hermano JF propone en su blog «Preguntarse y buscar». ¿Por qué no te animas?

Un abrazo fraterno

Salmo 36

Estas palabras del salmo de hoy no son para comentar. Son para repetir, para escuchar, para saborear.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará.

Un abrazo fraterno

Protégeme (Salmo 85)

Bonito salmo el de hoy con el que elevo al Señor esta petiicón de protección. Mi vida es frágil y las personas a las que amo también. Protege a mi familia, Padre. Protégenos.

Protege a mis hijos. Cuídalos bien y que ellos se sientan queridos por ti.

Protege a Esther y a sus sueños de cambio.

Protege a mis padres, a mi hermano. Protege a mi comunidad. Que nada nos arrebate del camino de construir tu Reino y dar testimonio de tu amor.

Un abrazo fraterno

Muestra, Dios mío, tu grandeza (Salmo 56)

Hay veces en que uno se abruma ante el pesimismo, desconcierto y deseperación del mundo actual. Es como si Dios decidiera mantener el silencio para ver si somos capaces de arreglar ésto… aunque cada vez parece más difícil.

Hoy mi oración es sencilla: Dios, muestra tu grandeza. Ante los grandes asuntos y desgracias y antes las pequeñas batallas personales de cada día. Muestra tu grandeza. Hay veces que lo necesitamos… ¿O resultará que no nos enteramos? También puede ser…

Un abrazo fraterno