Mil años son un ayer (Salmo 89)

Nos creemos tan importantes… tan grandes… tan invencibles… Tal vez, el mayor de los males en el ser humano es el de la soberbia. Sobrepasar su condición y creerse, realmente, que es Dios.

Creemos que todo gira a nuestro alrededor, que controlamos cada minuto de nuestra existencia, que podemos crear y destruir a nuestro antojo. Creemos que todo es nuevo y que todo lo hemos inventado, cuando lo profundo del hombre y de las generaciones, los impulsos divinos y las bajas pasiones siguen siendo las mismas.

Somos una gota en el océano de la eternidad. Un pasito más en los planes de Dios con el hombre. Un renglón en la historia. Un capítulo de la historia.

Postrémonos a los pies de la cruz y, sintiéndonos pequeños, adorémosle a Él y pongamos toda nuestra confianza en sus manos clavadas al madero.

Un abrazo fraterno

Una vida intachable (Salmo 118)

Me gustan el libro de Proverbios y los salmos de estos últimos días. Nos hablan de la vida, de la vida concreta, de la vida diaria. Nos hablan de una vida intachable.

Uno es pecador, limitado, pequeño y torpe. Pero aspiro a una vida intachable. Es el horizonte. Es la referencia. No me agobio por no llegar pero lucho por estar cada día más cerca. Porque, a la postre, Jesús nos llama a decidir, minuto a minuto, a optar por ser y estar de una manera concreta en cada instante de mi vida.

Desde que me levanto hasta que me acuesto, Jesús me invita a optar. A optar en los detalles de la oficina, en las relaciones cotidianas, en los lugares comunes, en los barrios concretos de cada día. No hay lugar a la incoherencia. No cabe la distancia entre lo que creo y predico y lo que hago finalmente.

O soy de Cristo, o soy Él entre los hombres, o no. No cabe la mediocridad libremente elegida.

Un abrazo fraterno

Los que buscan (Salmo 39)

«Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan» dice el salmo 39… Y es que hay muchas personas que buscan, hay muchos exploradores incansables, personas con sed de encontrar y encontrarse, de encontrarTE Señor…

Uno busca cuando siente que hay algo que le falta. Es un «algo» al que, a veces, es difícil ponerle nombre y, otras veces, su nombre nos llega con meridiana claridad. Unas veces salimos en la búsqueda de aquello que hemos perdido y otras, de aquello que nunca hemos tenido y que ansiamos. Es una actitud bonita esta de «buscar».

El Señor, en el Evangelio, se encuentra hoy con uno de esos «buscadores». Personas que no abrazan una religión, que ni siquiera son capaces de asegurar lo que buscan exactamente pero que sienten que su corazón va guiado por una brujulita que les empuja de un sitio a otro. Y alguna vez, de repente, sienten que han llegado, que han encontrado, que era ésto lo que su alma ansiaba.

Yo sigo buscando también. Sigo con sed. Siento que todavía no he llegado.

Hoy, todos los buscadores nos ponemos en tus manos, Señor.

Un abrazo fraterno

El Señor, mi Dios… (Salmo 145)

Mi oración de hoy es rezar este salmo una y otra vez… No hay comentario posible ante tanta belleza, ante este Dios nuestro…

Alaba, alma mía, al Señor.

Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos.

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.

El Señor está cerca de los atribulados (Salmo 33)

Es precioso este salmo 33. Reafirma la justicia del Señor. Un Señor que hará caer a los malvados y a los que, con su poder, han oprimido a sus hermanos- Un Señor que escucha el grito y el sollozo de los que sufren, que se pone de su lado y que no les deja caer, que los sostiene con su amor.

Viene a mi mente la palabra del Evangelio: «Buscad el Reino y lo demás se os dará por añadidura». Pues eso.

Yo me pongo en sus manos y encomiendo a mi familia a su protección. Nuestra labor es obrar bien y confiar en su justicia. Su amor es eterno e incondicional.

Un abrazo fraterno

Soy un extraño (Salmo 68)

Es verdad que a veces siento que hay mucha gente cercana a mi, muy cercana, que desconoce mucho de mi. Me conocen, sí, pero no en la profundidad adecuada como para afirmar que saben quién es Santi Casanova. Es verdad que tampoco hago el esfuerzo porque ésto no sea así, porque hay cosas de mi que, sinceramente, reservo para personas que sé que lo sabrán acoger y valorar.

Este blog, por ejemplo, es público y lo leen personas de todas partes del globo. La mayor parte de mi familia no ha leído ni siquiera un post nunca. Ni muchos de mis mejores amigos tampoco.

A veces soy «un extraño en Dios«, un desconocido para todos aquellos que no se acercan a lo más profundo de mi alma.

Un abrazo fraterno

Muéstranos, Señor, tu misericordia (Salmo 84)

En el Salmo de hoy, el pueblo le pide al Señor que deponga su ira y vuelva a mostrar su rostor más misericordioso. Es como si el silencio de Dios, en un tiempo en el que todo pareciera estar teñido de negrura, quemara el corazón y el hombre se diera cuenta de que necesita su misericordia para poder vivir.

Pero, ¿es real el silencio de Dios? ¿Es real su aparente lejanía ante la negrura del mundo?

Hoy me topaba con un anuncio de Cáritas en facebook y caía en la cuenta de la cantidad de personas, organizaciones, instituciones… que se vuelcan cada día en ser las manos, la mirada y el corazón de Dios en la tierra. Tal vez ellos sean la cara más misericordiosa de Dios. Tal vez Dios no esté en silencio. Tal vez seamos nosotros los que estamos sordos y ciegos

Un abrazo fraterno

Dios no lo ve (Salmo 93)

El pueblo está oprimido y el Señor no lo ve…

Ésta ha sido una queja permanente del pueblo de Dios cuando las cosas se tuercen, cuando las desgracias acontecen, cuando no entra en nuestro entendimiento que Dios haya decidido permitir tanta maldad… que permita, esto es lo más grave, que el justo y el bueno sea vapuleado por el malvado y el injusto.

Difícil de entender. Es verdad. Miro a mi alrededor y hay tantas, tantas cosas que no comprendo… Sólo me queda la fe. Perseverar en ello cuando no tengo mucho más. Y creerme a pies juntillas la promesa del salmo:

Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón

Un abrazo fraterno

El Señor nos dará lluvia (Salmo 84)

El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

Precioso el salmo de hoy. Lleno de esperanza. Es un momento de crecer en esperanza. Cuando miro el país y las dificultades de la gente de la calle, llena de preocupaciones y sinsabores, me agarro a la esperanza. Creo en un Dios que ama a sus hijos, que es justo y misericordioso. Creo en un Dios que camina al lado del pobre y del enfermo. Creo en un Dios que tiene a los más necesitados como sus favoritos. Llegará la lluvia y refrescará el calor asfixiante de la gente

En lo personal, algo parecido. Siento que estoy preparando la tierra desde hace tiempo y que ha habido conatos de misión, de entrega, de Reino. Siento que como persona, como matrimonio, como familia, como comunidad, como Fraternidad… estamos construyéndonos, abonando, segando, arando… para cuando llegue la lluvia del Señor. Entonces todo germinará, la tierra dará fruto y habremos consumado la obra del Señor. Mientras, caminamos llenos de esperanza.

Un abrazo fraterno desde tierras germanas

Mi Dios y los ídolos (Salmo 113)

Precioso Salmo para distinguir esos ídolos que pueblan nuestro mundo y nuestra sociedad. Me sorprende ver la cantidad de lugares, cosas, personas, aspiraciones, sueños… que ansiamos, adoramos, deseamos… y luego, cuando las conseguimos, comprobamos que no nos dan la felicidad, que no nos hacen mejores, que no nos aportan absolutamente nada, que no sacian más que los instantes fugaces y la sed superficial. No llegan a lo profundo.

Yo tengo identificados unos cuantos en mi vida. Ídolos que me hacen perder el tiempo, que me descentran, que me sacan de lo mejor de mí y que sólo me dejan un poso de insatisfacción.

El Señor nos llama a Él, el único capaz de llegar a lo profundo y de habitarlo; el Camino, la Verdad y la Vida.

Un abrazo fraterno