La omisión, el pecado camuflado #Cuaresma

El Evangelio de hoy me deja mosqueado. Está hilado demasiado bien y me molesta, me toca, me cuestiona demasiado.

Qué bonito es pensar que cada vez que damos de comer al hambriento, de beber al sediento; cada vez que vestimos al desnudo, visitamos al preso y acompañamos al enfermo, lo hacemos con el mismo Jesús. Es precioso. Porque implica, aunque parezca una tontería, que mi Jesús vive, puebla el barrio y mi entorno, sigue siendo de carne y hueso y es fácil encontrarle y tocarle. Todo sería maravilloso si el Evangelio se quedara ahí. Pero sigue…

Y sigue diciendo lo contrario. Podría suponerse pero cuando se deja blanco sobre negro es porque Dios no quiere dar lugar a las especulaciones, a los vacíos de ley, a los huecos acomodaticios en los que vestirnos de excusas. Y habla de la omisión. La omisión es eso que dejamos de hacer, ese bien que no ejecutamos, ese mal contra el que no luchamos… y que, además, no nos deja sensación de estar alejado de Jesús. La omisión…

¿Qué hemos hecho para que el pecado sea sinónimo de malos actos? ¿Qué hay del prójimo ante el que pasamos de largo, del débil al que no sostenemos, de la injusticia contra la que no luchamos…?

La omisión me llena de inquietud. Tal vez es por donde a mí se me pille más fácilmente… Tal vez no, SEGURO:

Un abrazo fraterno

omisión

Pastilla azul vs. Pastilla roja #Cuaresma

La Verdad.

¿Te interesa? ¿Estás dispuesto? Estas son las condiciones:

» «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»

La Verdad.

Camino de conversión #Cuaresma

Limpieza general. En otras palabras, conversión. Abrir las ventanas, aire puro… Sacar el polvo que se ha ido haciendo fuerte en esquinas y rincones, en aristas y huecos insospechados de mi alma. Eso necesito.

¿La receta? Repliegue de fuerzas, velas recogidas, mirada hacia adentro, silencio… La Iglesia me propone oración, ayuno y limosna. Tres «herramientas» de limpieza imprescindibles aunque alguna suene a siglos pasados. No huelen a rancio ni mucho menos, en un mundo éste, el del bienestar del primer mundo, opulento, ruidoso, acelerado, superficial y frío y despreocupado por el prójimo.

Me cuesta cada año. Y hoy renuevo mi intención de hacerlo bien. ¿Lo conseguiré? Siempre me puede el cansancio, la gula, el deseo…

Hoy me pongo en manos de Dios y le pido fuerzas. Comienza el camino que nos llevará a la Semana Santa. Camino de conversión.

Un abrazo fraterno

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Los míos, los otros… #iMisión y la #comunión

Si algo me gusta de #iMisión es la preocupación por abrazar, fomentar y llamar a la comunión en la Iglesia. Personas de distintas vocaciones, con pertenencias diversas y sensibilidades diferentes, unidas en torno a una misión y a un solo Señor. La riqueza de escuchar a otros, de descubrir en el camino particular de cada uno la huella de Dios, de alimentarnos con aquello que uno no tiene… es algo que, estoy convencido, gusta a nuestro Señor Jesús.

No dudaría demasiado en afirmar que uno de los principales pecados de la Iglesia es ese afán por criticar, hablar mal, despreciar y mirar con recelo a todo aquel que camine por veredas distintas a la propia. Pecado es etiquetarnos unos a otros, elevar nuestras maravillosas diferencias hasta convertirlas en muros difícilmente evitables. Pecado es separarnos del hermano sin ni siquiera esforzarnos en conocerlo. Pecado es no querernos. Pecado es desviar la mirada de Cristo y dedicarnos a nuestras miserias. Pecado es nuestra soberbia, la autocomplacencia en nuestros proyectos propios… Pecado es no apoyarnos. Pecado es no ayudarnos a crecer.

iMisión se ha encontrado que un camino ha llevado a otros. La evangelización en la red nos ha traído a primera plana la necesidad de comunión. Y en ello estamos. Superando dificultades, intentando crear sinergias, queriendo a todos, poniéndonos a disposición de todos, contando con todos. Ojalá el Señor nos ilumine y nos ayude en esta tarea no exenta de minas y baches. Sólo mirándole a Él seremos útiles a la Iglesia.

Un abrazo fraterno

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Tengo fe, pero dudo… #ayúdameJesús

No hay mucho más que decir. Mi oración la tomo del hombre del Evangelio.

TENGO FE, PERO DUDO.
AYÚDAME JESÚS.

Un abrazo fraterno

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Revitalizando la construcción… obras, obras, obras #concretandolafe

Hablar, creer, debatir, proponer, tuitear, reflexionar… todo eso está bien Santi. Pero ¿obras?

Santi, ¿como concretas día a día el amor a tu mujer y a tus hijos?
Santi, ¿honras a Dios con tu trabajo? ¿Eres responsable, honesto? ¿Santificas tu tarea?
Santi, ¿qué haces por los pobres de tu barrio? Concreto, por favor… ¿qué haces por ellos?
Santi, ¿qué haces por las familias del cole en paro, con dificultades económicas, en situación de rescate social?
Santi, ¿acudes a la llamada del que sufre? ¿Estás atento a las necesidades de los que conoces?
Santi, ¿entregas tiempo y dinero a los más necesitados?
Santi, ¿qué haces en la Escuela Pía por las misiones, por los colegios, por los niños y los jóvenes?
Santi, ¿sabes los nombres y apellidos de las personas que necesitan de alguien que les cure, les auxilie, les atienda?

Obras. Obras. Menos ingenieros y más obreros. Eso significa el lío del Papa Francisco. Samaritanos que atiendan a los que se encuentran en su senda.

Me queda mucho por mejorar, por concretar. Que el Señor me dé luz y capacidad de respuesta, valentía. Porque al final, como dice el Evangelio de hoy, el que obra, el que no se esconde, el que se la juega… se encuentra con la Cruz. Sino… malo.

Un abrazo fraterno

obras

El juego del espejo #animateajugar

El apóstol Santiago nos propone hoy un juego: el juego del espejo. Las reglas son fáciles: te pones delante de un espejo y te cuentas lo que ves. ¿Qué ves? ¿A quién ves? ¿Es parecido a Jesús lo que ves?

Yo, si me pongo delante del espejo, veo a alguien que intenta ser lo más fiel al Evangelio pero que no lo consigue muchas veces. Me vienen cosas a la cabeza por las que bajo la mirada y no soy capaz de mantenerla. Veo a alguien que hace muchas cosas, en las que muchas veces no sabe si es por Dios por quién lo hace o por él mismo. Veo a alguien que quisiera ser mucho más puro en sus intenciones, menos airado en sus formas, más suave en sus caricias. Por otra parte, veo a alguien que se la juega, que no es ni de aquí ni de allá, que es capaz de dejar y reconstruir, de moverse e ir donde el Señor le llame. Veo decisiones tomadas con la absoluta confianza de que el Señor me sostiene.

Leo el Evangelio y compruebo que, para los que tantas veces sufrimos de ceguera, la vista no vuelve de repente sino que el proceso de encontrarnos con el Maestro con nitidez es algo paulatino, un proceso de recuperación de aquello perdido. Eso me consuela.

¡Hazme ver Señor! ¡Que todo aquello confuso, que todas aquellas decisiones por tomar, que todas las llamadas que me haces llegar… tengan respuesta nítida y llena de fe!

Un abrazo fraterno

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Jesús, el sanador – #buenanoticia

Veo a la gente necesitada de esperanza y veo cómo nos la van quitando, poco a poco. Y veo gente movilizándose, exigiendo derechos, reclamando libertades, apelando a la unidad y a la dignidad. Todo eso es necesario, al menos para los que necesitan gritar para que sentir que el grito sigue perteneciéndoles. La sociedad está herida. Las personas estamos heridas. Nos han hecho daño. A veces nos lo hacemos nosotros solitos. La pregunta es ¿dónde voy a curarme? ¿A mí quién me cura?

Si me hago esa pregunta en primera persona… debo decir que muchas veces me equivoco de médico, o de planta, o de centro de salud. No rezo suficiente, no frecuento suficiente los sacramentos, no me arrodillo suficiente delante del Señor en el sagrario… Y quiero curarme… leo la lectura de hoy y siento que yo no soy uno de esos que corren a «poner al enfermo» delante de Jesús. ¡Pese a saber que Él me curaría!

Si escucho esa pregunta en otros, en hermanos, en amigos, en cualquiera con el que me cruzo, ¿cómo la recibo? ¿Llevo a la gente a Jesús? ¿Soy el mismo Jesús que escucha, que cura, que sana? ¿Puede un herido sanar a otro herido? ¿Juego a ser doctor de almas? ¿Cuándo y dónde me saqué ese título?

Que el Señor reciba mi oración y me ayude en el camino. Que haga de mí su Voluntad. Que sea yo, al menos, agua que calma la sed del enfermo; que corra hacia la fuente que calmará mi propia sed y lavará mis heridas.

Un abrazo fraterno

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¿Puedo afirmar que yo soy "luz"? #buenapregunta

Os dejo esta foto, a la luz del Evangelio y sin más comentarios… Comentad… ¿qué os sugiere?

Luz y oscuridad

¿Sembrar o preparar el terreno? #buenapregunta

Leo el Evangelio de hoy y algo se me queda en el aire, en el corazón, dando vueltas. ¿Dios me llama a sembrar? ¿Y qué pasa con esos terrenos llenos de zarzas, de piedras, qué pasa con esa tierra que nunca recibirá la semilla como debe? ¿Quién se encarga de esos terrenos?

Me queda la duda de si, como evangelizador y testigo, debo asumir que eso no es parte de mi tarea y de que lo que yo tengo que hacer es sembrar y Dios dirá o si, por el contrario, otro debe sembrar y yo estoy llamado a coger azadón, guantes y herramientas varias para quitar piedras, limpiar hierbajos y procurar fertilidad en terrenos muertos.

¿Se pueden hacer ambas cosas? ¿Sobre el mismo terreno?

Tengo que reconocer que me inquieta esta pregunta… Que el Señor me dé luz.

Un abrazo fraterno

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