Hizo lo que el Señor le había dicho (I Samuel 16, 1-13)

Creo que son providenciales estas lecturas sobre Samuel después de la revisión comunitaria que tuvo lugar el pasdao sábado en casa. ¿Por qué? Porque mi comunidad tiene como uno de sus pilares no sólo la escucha de la Palabra sino la ejecución de aquello que se escucha. No llega con escuchar sino que se nos pide que pongamos en práctica lo escuchado. Samuel fue realmente un ejemplo y referente en obedecer la voz del Señor y hacer en su vida lo que iba escuchando de Dios para él.

Porque si ésto no es así entonces… ¿qué?

Un abrazo fraterno

No tiene sentido que ayunen (Marcos 2, 18-22)

Después de leer el pasaje de Saúl y Samuel y el Evangelio de los odres nuevos, tengo claro que lo que se me está pidiendo hoy es algo mucho más difícil que estar en la Iglesia cumpliendo una serie de mandamientos, cubriendo con mi asistencia una serie de ritos y consiguiendo un «APTO» en un examen de amor al Padre.

Jesús vuelve a revolucionar y le pide a sus discípulos que no ayunen si no tiene sentido. ¿Nos preguntamos nosotros por el sentido de las cosas? ¿Somos lo suficientemente libres y valientes como para optar por actitudes y compromisos en lugar de por simplemente cubrir expedientes? Los ritos tiene una función clara e imprescindible: los ritos son facilitadores. A veces los convertimos en el mismo Dios.

Apostar por pocas normas, por la libertad, por dar sentido a lo que uno hace, por poner a Jesús en medio de todo y tenerlo presente en todo, por complicarse la vida hasta agotarla… es mucho más complicado. Pero esa es la propuesta.

Un abrazo fraterno

¿Por qué te desentiendes de nosotros? (Salmo 43)

Hoy me he encontrado con esta noticia que me ha llenado de tristeza y pena.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/12/internacional/1326372899.html

Y leo el salmo 43 y veo que muchas veces uno tiene el sentimiento y la sensación de que Dios se ha esfumado. Su silencio ante tanto sufrimiento humano duele y se hace insoportable e indefendible. Hoy, más que nunca, Señor ven en nuestro auxilio.

Un abrazo fraterno

Un lugar solitario (Marcos 1, 29-39)

Es verdad que la comunidad es lugar de encuentro con el padre. La comunidad pequeña de fe. La comunidad reunida en la Eucaristía. Es verdad que caminamos juntos y nuestra fe crece junto a otros.

Pero… ¡qué necesarios esos lugares solitarios donde encontrarte con Dios en lo más hondo de ti mismo! ¡Qué necesarios y qué imprescindibles!

Un abrazo fraterno

Levanta del polvo al desvalido (Salmo 2)

Tenía que llegar el momento en que nos tocara de cerca esta profunda crisis que estamos soportando. Empiezan a ser graves y acuciantes los casos de conocidos en paro, con muchos problemas para vestir y dar de comer a sus hijos, con riesgo inminente de deshaucio… Un vértigo recorre el cuerpo cuando intentas ponerte en el sitio de estas personas.

Leo el Salmo 2 y descubro una Buena Noticia muy difícil de transmitir a menos de que ese Dios que no abandona al pobre y al necesitado se encarne hoy. Yo tengo que ser ese Jesús que da valor al cobarde, que engorda al hambriento, que saca del abismo al hundido, que devuelve la dignidad al pobre… Si yo no soy las manos de Jesús, su corazón, su cabeza, sus pies… ese Dios esperado no aparecerá.

La llamada es clara. No hay excusa.

Un abrazo fraterno

Se marcharon con él (Marcos 1, 14-20)

Muchas de las veces que he leído este pasaje lo oré alrededor de la llamada de Jesús, de su iniciativa, de cómo debió de hacerse para causar ese efecto inmediato en los pescadores elegidos… Pero hoy, tal vez por lo sucedido durante toda esta semana y la pasada, le he dado vueltas a la libertad de esos pescadores, a su capacidad para tomar una decisión importante.

Es importante que seamos capaces de ser personas capacitadas para tomar decisiones. Discernir y decidir. Ser capaces de abandonar el llamado «estado de confort» en el que nos movemos habitualmente. El estado de confort es la vida que conocemos, el espacio en el que nos movemos, la dosis de sufrimiento ya asumida y conocida, los grados de felicidad e infelicidad usuales… Ser capaces de salir de ahí y arriesgar, apostar, luchar por algo mejor, por ser nosotros mismos, por ser más felices… Es la oferta del seguimiento a Jesús.

Para ello, tal vez, uno de los ingredientes fundamentales es «ser pobre». No tener demasiado que dejar. Vivir desapegado de cosas, posesiones, personas concretas, carreras laborales, éxitos pasajeros… Ya sabemos lo que le pasó al joven rico…

Marcharse con él…

Un abrazo fraterno

Dinos quién eres (Juan 1, 19-28)

¿Qué respondería yo si alguien me preguntara ésto? ¿Qué responderías tú? Me parece, tal vez, la pregunta más compleja de responder por lo complejo que tiene saber la respuesta. Juan respònde identificándose con su misión: soy la voz que grita en el desierto… Una misión muy concreta en un lugar concreto y con unas referencias concretas. ¿Lo tengo yo tan claro?

No estaría mal que en este comienzo de año le diéramos una vuelta a esta cuestión tan importante. ¿Para qué he nacido? ¿Qué se espera de mi? ¿Con qué objetivo me fueron regalados los dones que tengo? ¿Qué se quedará sin hacer si yo no lo hago? Da hasta vértigo planteárselo pero paso a paso hay que ir quitando velos a esta cuestión. Que el Señor me dé luz en esta tarea.

Un abrazo fraterno

Bandera discutida (Lucas 2,22-35)

Mi abuelo decía que un personaje importante y que valía la pena era muy querido o muy odiado. Podías estar o no de acuerdo con él pero desde luego no te dejaba indeferente.

Hoy leo esta Palabra y me encuentro a un Simeón advirtiendo a los padres del Niño que Jesús no va a pasar desapercibido. Y estoy seguro que a sus padres no les gustó. Tal vez por cariño, por espíritu de protección o por lo que sea tal vez preferirían tener un hijo desconocido que simplemente fuera feliz e hiciera más o menos lo de todo el mundo.

Y hoy me pregunto: ¿es posible ser seguidor de Jesús, seguidor del Evangelio, y pasar desapercibido? ¿Es compatible? ¿O es inherente ser «bandera discutida»?

Y creo que no hay muchas opciones. Y a veces me descubro mediocre.

Un abrazo fraterno

Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos (I Juan 1,1-4)

¿Anunciamos la Buena Noticia? La Buena Noticia digo… no la ristra de normas, lecciones morales, sacrificios, obligaciones y deberes de ser cristiano y católico. Si un buscador de la verdad va a una iglesia un domingo cualquiera… ¿recibe una Buena Noticia? ¿Es mi vida Buena Noticia?

A veces incidimos demasiado en un mensaje que no acaba de llevar a Dios, en un mensaje que le dice a la gente cómo tiene que ser, qué tienen que hacer… en lugar de decirles cómo les quiere Dios, cómo les cuida, cómo hablarle, cómo encontrarle… Papas como Juan XXIII y Juan Pablo I incidieron en este aspecto y fueron incluso criticados dentro de la propia Iglesia…

Anunciemos el Amor y que el Amor transforme.

Un abrazo fraterno