El que pierda su vida por mí la encontrará (Mt 10,34-11,1)

¡Qué clarito es a veces Jesús! Podía serlo menos… viviríamos un poquito mejor. Hoy la Palabra es idónea para los tibios, los ingenuos, los mediastintas, los que se piensan que luchar por el Reino y ser seguidor y testigo de Cristo no es incompatible con otras muchas cosas.

Jesús hoy me deja claro que si quiero vivir en plenitud, si quiero llegar al encuentro con el Resucitado tengo que pasar por la cruz. Una cruz que me llevará a la muerte, a la crisis absoluta, al silencio, al desconcierto total. Jesús no me habla de «dar la vida». Me resulta curioso y me llama la atención. Jesús habla de «perder» y nadie quiere perder por lo tanto entiendo que esa vida perdida es una consecuencia y no algo que se busque. Si soy fiel a Cristo, a su Palabra, a su mensaje INEVITABLEMENTE perderé la vida. No es compatible construir Reino y no tener problemas por esta causa. Cuando uno lucha por la VERDAD está sentenciado.

Pero la promesa de Jesús es la esperanza del horizonte. Él está allí esperándome. Difícil camino, inmejorable meta.

Un abrazo fraterno

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