Haz de mi lo que te guste (Tb 3,1-11a.16-17a)

Poner en manos del Padre lo que soy es algo muy romántico a la hora de decirlo y muy duro a la hora de asumirlo. Eso de regalarme y dejar que otro decida por mi nunca me ha gustado y aunque Dios es Dios, ya me entendéis, sigue sin gustarme demasiado. A veces tengo la sensación de que como Dios no está a mi lado físicamente y no lo veo y estás artificialcosas… me es más fácil prometerle cosas, regalarle cosas y decirle estás cosas tan grandilocuentes  y tan hermosas (porque es precioso decirle esto a Dios desde luego). Luego, cuando llega el día, me encuentro conque no sé muy bien qué quiere hacer Dios conmigo y que su sueño no está completo todavía. Encuentro que hay cosas a las que no estoy dispuesto a decir que sí, en principio, y otras a las que no estoy dispuesto a decir que no…

Tal vez las cosas no sean tan fáciles y, a la vez, sean más sencillas. Tal vez es día a día, minuto a minuto, decisión tras decisión, como se va fraguando un sueño que se descubrirá al final, mirando atrás. Tal vez sólo cuando acabemos de unir los puntos descubriremos el dibujo que hay detrás…

Un abrazo fraterno

1 comentario
  1. TeSs
    TeSs Dice:

    Paz y bien Santi,

    Me siento muy identificada con tu reflexión. Yo también tengo muchas parcelas en las que no dejo que entre Él..

    ¿puede ser, quizá, que cuando sea capaz de decir Sí, dispón y haz lo que quieras sea entonces libre de veras?

    En ello andamos, caminando, sin perder tesón…

    Un abrazo para tí, y por supuesto para Esther, Inés y Álvaro!

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *