MR 30

Tu melena era como una red de encantamiento que me tenía completamente hipnotizado. Si alguien sabía bailar “Chiquilla” ésa eras tú. Todo tu cuerpo al servicio del desenfreno más absoluto. Y eso, cuando llevas 3 cubatas de más, se antoja absolutamente irresistible.

El cuerpo me pedía guerra y me arrimé a ti. No aguantaba estar a menos de un centímetro de tu boca. El tortazo clavó el tiempo e insonorizó el local. ¡Vaya hostia!

Definitivamente eras la mujer de mi vida.

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