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El combate de la fidelidad (Tim 4,6-8.17-18)

Pablo afirma: «He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe«. Ojalá pueda afirmar yo lo mismo.

Le tenemos miedo a la muerte, sobre todo a irnos sin avisar y prematuramente. Pocas veces pensamos que lo importante es llegar a ese momento y poder mirar a la cara a toda una vida vivida, poder afirmar como Pablo: he hecho lo que tenía que hacer.

La vida de un cristiano es un combate cada mañana. El combate en el que se dirime si ser fiel a Jesucristo y a su mensaje. Día a día. Hoy. Y mañana. Y pasado. A veces mejor, a veces peor. A veces con más fuerza y otras veces más débil. Pero siempre sostenido por el Señor, que no nos deja solos. Llegar a la noche y preguntarnos… ¿He sido hoy fiel a lo recibido, al amor de Cristo? Ojalá la respuesta sea sí muchas veces, muchos días…

Un abrazo fraterno – @scasanovam

He combatido bien mi combate (2Tim 4, 6-8.17-18)

No suelo escribir en el blog en domingos, no suelo hacerlo los fines de semana. Pero acaba de comenzar una semana de vacaciones después de varias de mucho trabajo, de muchos cambios, de mucho esfuerzo… y me apetecía reaparecer para mi mismo.

Elegir el buen combate es un tema recurrente en ese libro de Paulo Coelho que tanto me gusta: «Manual del guerrero de la luz». Elegir el buen combate… No todas las batallas son para mi. No estoy llamado a todas las luchas ni los dones que me han sido regalados sirven con utilidad al Reino en todos los frentes y ante todos los enemigos.

¿Cuál es el gran combate al que soy llamado a luchar? Todavía estoy en tiempo de preparación y aún estoy afilando mis armas. Todavía creo que el Señor no ha enseñado todas su cartas para mi. Pero desde luego voy intuyendo cosas. Y lo que un día se intuye no se puede olvidar…

Un abrazo fraterno