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No podemos buscar, ni pedir, ni llamar por ti… #Cuaresma

Busca, llama, pide…

Son tres verbos que implican acción por parte de uno. Es verdad que luego viene lo bonito. Eso de que uno encuentra, de que a uno se le abre, de que a uno se le da… pero eso lo hace Dios y es la segunda parte de la ecuación.

Tres verbos que definen una actitud ante Dios, ante la vida, ante lo trascendente, ante la Verdad y lo que no entendemos.

Busco porque no vivo acomodado, porque no me conformo, porque considero que no he llegado todavía a ser todo lo feliz que puedo ser, todo lo pleno.

Pido porque mis fuerzas son limitadas, porque no lo puedo todo ni lo tengo todo. Porque necesito de otros, de Otro, porque conozco mis carencias y mi pequeñez. Pido porque deseo.

Llamo porque no quiero estar solo, porque sé que detrás de la puerta hay alguien, alguien que me espera para amarme, alguien a quien todo se lo puedo contar, alguien con quien puedo ser quien soy.

Cuaresma es tiempo de desierto y conversión pero que, irremediablemente, debe traducirse en acción.

Un abrazo fraterno

puerta

Los profetas son unos frikis #Cuaresma

La diferencia entre los ninivitas y la humanidad de hoy en día es que hoy no identificaríamos al profeta como tal, lo haríamos objeto de nuestras burlas y lo lanzaríamos al destierro de los incómodos frikis. Haríamos algo parecido a lo que hicieron los soldados de Pilatos con Jesús, la tarde del Viernes Santo en el Pretorio: fustigarle, burlarle y conducirlo al ridículo caricaturesco. El resto posiblemente sea parecido. No soy de los que piensan que vivamos en un momento especialmente distinto a otros muchos en la historia, en lo que a catadura moral se refiere. Los ha habido mejores y peores, pero con menor publicidad y alcance.

Los profetas existen. Dios sigue enviándolos. Profetas que nos llaman a la conversión. ¿Qué pasa con ellos? ¿Los reconozco? ¿Dónde están? ¿Qué ropa visten? ¿Son obispos, fundadores, sacerdotes, religiosas, padres de familia? ¿O Dios nos da ya por perdidos y prefiere no levantar la voz cual padre que no ve futuro en sus hijos? Eso es imposible…

El cambio debe ser profundo. La conversión no es algo que toca lo superficial sino que va al corazón. Es en el corazón donde se juegan las grandes batallas. Allí residen nuestras heridas más profundas, nuestras aspiraciones, nuestro pecado, el aliento de Dios mismo… La Cuaresma no es tiempo de cambiar estructuras sino de cambiar uno mismo desde lo más nuclear e irlo traduciendo en hechos concretos. Sin hechos no hay conversión.

¿Pobres? ¿Consumo? ¿Perdón? ¿Oración? ¿Compromiso social? ¿Tiempo entregado? ¿Familia? ¿Dinero?

Un abrazo fraterno

Optimized-escalera

Rezar como niños #Cuaresma

Cuando mis hijos se acuestan, sobre todo, le dan gracias a Dios y le piden por algo o por alguien. Expresan en confianza aquello que les surge del corazón. Unas veces es algo más sencillo y, otras, más elaborado, pero estoy convencido que todas ellas son del agrado de Dios Padre. Le hablan sabiendo que está vivo, le hablan sabiendo que son escuchados, le hablan sabiendo que el del otro lado les quiere un montón, le hablan sin palabras encorsetadas, le hablan como amigos, comos hijos…

Quiero tener esa frescura en mi oración. Me lo propondré en esta #Cuaresma. Porque Dios está vivo, porque me escucha, porque me quiere…

Un abrazo fraterno

niñosrezando

La omisión, el pecado camuflado #Cuaresma

El Evangelio de hoy me deja mosqueado. Está hilado demasiado bien y me molesta, me toca, me cuestiona demasiado.

Qué bonito es pensar que cada vez que damos de comer al hambriento, de beber al sediento; cada vez que vestimos al desnudo, visitamos al preso y acompañamos al enfermo, lo hacemos con el mismo Jesús. Es precioso. Porque implica, aunque parezca una tontería, que mi Jesús vive, puebla el barrio y mi entorno, sigue siendo de carne y hueso y es fácil encontrarle y tocarle. Todo sería maravilloso si el Evangelio se quedara ahí. Pero sigue…

Y sigue diciendo lo contrario. Podría suponerse pero cuando se deja blanco sobre negro es porque Dios no quiere dar lugar a las especulaciones, a los vacíos de ley, a los huecos acomodaticios en los que vestirnos de excusas. Y habla de la omisión. La omisión es eso que dejamos de hacer, ese bien que no ejecutamos, ese mal contra el que no luchamos… y que, además, no nos deja sensación de estar alejado de Jesús. La omisión…

¿Qué hemos hecho para que el pecado sea sinónimo de malos actos? ¿Qué hay del prójimo ante el que pasamos de largo, del débil al que no sostenemos, de la injusticia contra la que no luchamos…?

La omisión me llena de inquietud. Tal vez es por donde a mí se me pille más fácilmente… Tal vez no, SEGURO:

Un abrazo fraterno

omisión

Pastilla azul vs. Pastilla roja #Cuaresma

La Verdad.

¿Te interesa? ¿Estás dispuesto? Estas son las condiciones:

» «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»

La Verdad.

Camino de conversión #Cuaresma

Limpieza general. En otras palabras, conversión. Abrir las ventanas, aire puro… Sacar el polvo que se ha ido haciendo fuerte en esquinas y rincones, en aristas y huecos insospechados de mi alma. Eso necesito.

¿La receta? Repliegue de fuerzas, velas recogidas, mirada hacia adentro, silencio… La Iglesia me propone oración, ayuno y limosna. Tres «herramientas» de limpieza imprescindibles aunque alguna suene a siglos pasados. No huelen a rancio ni mucho menos, en un mundo éste, el del bienestar del primer mundo, opulento, ruidoso, acelerado, superficial y frío y despreocupado por el prójimo.

Me cuesta cada año. Y hoy renuevo mi intención de hacerlo bien. ¿Lo conseguiré? Siempre me puede el cansancio, la gula, el deseo…

Hoy me pongo en manos de Dios y le pido fuerzas. Comienza el camino que nos llevará a la Semana Santa. Camino de conversión.

Un abrazo fraterno

road

Hombre rico, hombre pobre #Diosmesalva

Ha habido veces que he deseado tener más dinero, vivir en una casa más grande, disponer de más tiempo libre y poder viajar a mi gusto. Yendo hacia mi oficina, tengo que atravesar La Florida, una de la urbanizaciones más «adineradas» de Madrid. Muchas veces he deseado vivir en una de esas grandes casas, rodeadas de verde, frondosos árboles, con espacio para celebrar… Alguna vez he deseado ser rico.

Luego, con la cabeza centrada y el corazón cerquita del Señor, me convenzo de que estoy en el mejor de los sitios. Vivo en Carabanchel, uno de los barrios humildes de la capital, rodeado de grafittis, cacas de perro, socavones y zonas sin arreglar por el Ayuntamiento… Mi casa no está mal pero es un piso en el que nos apañamos los cinco, sin garaje y sin lujos. No nos falta de nada.

Leo la lectura del carta del apostól Santiago de hoy y brinco de alegría por no ser rico. ¡Qué dureza! Madre mía… Qué difícil ser rico y no desear más. Qué difícil usar con generosidad lo que te ha sido dado. Qué responsabilidad ante Dios… Qué sensación de no necesitar nada, de poderlo todo, de dominarlo todo, de poder comprar todo… El pobre, por contra, se abandona a sus esperanzas, a sus anhelos, a su Señor.

Doy hoy gracias por lo que tengo. Me considero afortunado, muy afortunado. Rico comparado con personas, hermanos, que se debaten en situaciones de extrema necesidad. Gracias Padre…

Un abrazo fraterno

pobrerico

Los míos, los otros… #iMisión y la #comunión

Si algo me gusta de #iMisión es la preocupación por abrazar, fomentar y llamar a la comunión en la Iglesia. Personas de distintas vocaciones, con pertenencias diversas y sensibilidades diferentes, unidas en torno a una misión y a un solo Señor. La riqueza de escuchar a otros, de descubrir en el camino particular de cada uno la huella de Dios, de alimentarnos con aquello que uno no tiene… es algo que, estoy convencido, gusta a nuestro Señor Jesús.

No dudaría demasiado en afirmar que uno de los principales pecados de la Iglesia es ese afán por criticar, hablar mal, despreciar y mirar con recelo a todo aquel que camine por veredas distintas a la propia. Pecado es etiquetarnos unos a otros, elevar nuestras maravillosas diferencias hasta convertirlas en muros difícilmente evitables. Pecado es separarnos del hermano sin ni siquiera esforzarnos en conocerlo. Pecado es no querernos. Pecado es desviar la mirada de Cristo y dedicarnos a nuestras miserias. Pecado es nuestra soberbia, la autocomplacencia en nuestros proyectos propios… Pecado es no apoyarnos. Pecado es no ayudarnos a crecer.

iMisión se ha encontrado que un camino ha llevado a otros. La evangelización en la red nos ha traído a primera plana la necesidad de comunión. Y en ello estamos. Superando dificultades, intentando crear sinergias, queriendo a todos, poniéndonos a disposición de todos, contando con todos. Ojalá el Señor nos ilumine y nos ayude en esta tarea no exenta de minas y baches. Sólo mirándole a Él seremos útiles a la Iglesia.

Un abrazo fraterno

communion_of_saints

Revitalizando la construcción… obras, obras, obras #concretandolafe

Hablar, creer, debatir, proponer, tuitear, reflexionar… todo eso está bien Santi. Pero ¿obras?

Santi, ¿como concretas día a día el amor a tu mujer y a tus hijos?
Santi, ¿honras a Dios con tu trabajo? ¿Eres responsable, honesto? ¿Santificas tu tarea?
Santi, ¿qué haces por los pobres de tu barrio? Concreto, por favor… ¿qué haces por ellos?
Santi, ¿qué haces por las familias del cole en paro, con dificultades económicas, en situación de rescate social?
Santi, ¿acudes a la llamada del que sufre? ¿Estás atento a las necesidades de los que conoces?
Santi, ¿entregas tiempo y dinero a los más necesitados?
Santi, ¿qué haces en la Escuela Pía por las misiones, por los colegios, por los niños y los jóvenes?
Santi, ¿sabes los nombres y apellidos de las personas que necesitan de alguien que les cure, les auxilie, les atienda?

Obras. Obras. Menos ingenieros y más obreros. Eso significa el lío del Papa Francisco. Samaritanos que atiendan a los que se encuentran en su senda.

Me queda mucho por mejorar, por concretar. Que el Señor me dé luz y capacidad de respuesta, valentía. Porque al final, como dice el Evangelio de hoy, el que obra, el que no se esconde, el que se la juega… se encuentra con la Cruz. Sino… malo.

Un abrazo fraterno

obras

El juego del espejo #animateajugar

El apóstol Santiago nos propone hoy un juego: el juego del espejo. Las reglas son fáciles: te pones delante de un espejo y te cuentas lo que ves. ¿Qué ves? ¿A quién ves? ¿Es parecido a Jesús lo que ves?

Yo, si me pongo delante del espejo, veo a alguien que intenta ser lo más fiel al Evangelio pero que no lo consigue muchas veces. Me vienen cosas a la cabeza por las que bajo la mirada y no soy capaz de mantenerla. Veo a alguien que hace muchas cosas, en las que muchas veces no sabe si es por Dios por quién lo hace o por él mismo. Veo a alguien que quisiera ser mucho más puro en sus intenciones, menos airado en sus formas, más suave en sus caricias. Por otra parte, veo a alguien que se la juega, que no es ni de aquí ni de allá, que es capaz de dejar y reconstruir, de moverse e ir donde el Señor le llame. Veo decisiones tomadas con la absoluta confianza de que el Señor me sostiene.

Leo el Evangelio y compruebo que, para los que tantas veces sufrimos de ceguera, la vista no vuelve de repente sino que el proceso de encontrarnos con el Maestro con nitidez es algo paulatino, un proceso de recuperación de aquello perdido. Eso me consuela.

¡Hazme ver Señor! ¡Que todo aquello confuso, que todas aquellas decisiones por tomar, que todas las llamadas que me haces llegar… tengan respuesta nítida y llena de fe!

Un abrazo fraterno

Muebles-Espejo-Agrip