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Él es mi auxilio y mi escudo (Sal 32)

En la línea de mis sentimientos de estos días recibo hoy con gozo el salmo 32. Ese final lleno de confianza en el Padre y en sus proyectos me anima a buscar la verdad de mi vida y a no tener miedo de apostar por aquello qu discierna «de Dios para mi». Sé que toda mi fuerza radica en Él y que mi vida está en sus manos. No porque Él la manoje a su antojo sino porque la sostiene en las consecuencias de mi libertad.

Estamos ya en la semana de Navidad y la espero con ganas. El domingo ya está en el horizonte. Tengo ganas de ir a Coruña con los míos.

Un abrazo fraterno

¿Por qué nos ha venido encima todo esto? (Jc 6,11-24a)

Hcae poco tenía con mi madre una conversación acerca de si era lícito quejarse a Dios y decirle lo injustas que eran muchas situaciones. Mi madre sostenía que no se podía clamar a Dios de esa manera, pidiéndole cuentas por tantas y tantas injusticias; no se le dice eso a Dios. Yo le expresaba que, desde el amor que le tengo, en confianza, hay momentos en que es legítimo elevar una queja al Padre cuando las situaciones son tan… dramáticas, tan… desalentadoras para muchas personas.

En la palabra del AT de hoy vemos una conversación plena de confianza. Y hay un POR QUÉ. Porque no entiende. Porque no ve. Porque no acepta. Porque no comprende. Porque no le cuadra… por lo que sea. Pero estoy seguro que Dios también entiende nuestras quejas. Y sae responderlas.

Un abrazo fraterno

No se fiaron de sus planes (Sal 105)

tierra_prometidaEs verdad que las personas somos bastante miopes en cuanto a los planes de Dios se refiere. Todo lo que esté más lejos de lo que nosotros entendemos como admisible no somos capaces de valorarlo y nos ponemos nerviosos muy pronto acusando a Dios de habernos abandonado o de no cumplir la promesa que un día creimos escuchar a través del Espíritu.

También es cierto que la manera de actuar de Dios es sumamente misteriosa y desconcertante a veces y su manera de llevarnos a la tierra prometida no puede ser más especial. Su concepto de tierra prometida es especial. No nos dice ni cómo vamos a llegar ni cuánto va a durar el viaje por lo que a uno sólo queda confiar inquebrantablemente en que lo que escuchó un día es real y es verdad… Fiarse de sus planes, vamos.

Plantearse así la vida es jugar al ataque; desconcierto para muchos; libertad para algunos.

Un abrazo fraterno

Buscad y encontraréis (Mt 7,7-11)

De la tripleta de frasecillas del Evangelio de hoy me quedo con ésta: «Buscad y encontraréis».

Buscar es un verbo activo. Implica acción y voluntad del sujeto. Lo que se encuentra no es fruto del destino, de la suerte… es fruto de la decidida, confiada y arriesgada decisión de «buscar». Buscarme a mi mismo. Buscar mi felicidad. Buscar a Dios. Buscar a Cristo en el prójimo. Buscar mi lugar. Buscar mis dones. Buscar el tesoro del que habla la Palabra.

También creo, por otra parte, que este verbo activo no debe acompañarse de ansiedad. Una cosa es buscar y la otra desesperarse buscando y no encontrando. Se trata de disponer la voluntad, agudizar los sentidos y saber escoger cada día desde que me levanto hasta que me acuesto. Todo ésto aderezado con amor al prójimo y confianza en el Padre, que me ama y que conoce a quién eligió, irá haciendo camino.

Un día miraré atrás y reconoceré con gusto: Busqué y, sin duda, ahora me doy cuenta, encontré.

Un abrazo fraterno

Dad y se os dará (Lc 6, 36-38)

Estos pasajes tan típicos corren el peligro de convertirse en tópicos evangélicos que todos sabemos de memoria, recitamos pero no asumimos o integramos vitalmente. Al final son pistas en las que te juegas la vida y sobre las que cualquier planteamiento empieza realmente a ser radical.
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Hoy me viene al corazón esto de «dad y se os dará» precisamente porque la comunidad está a punto de dar una cantidad económica para participar y colaborar en la reforma de una iglesia en Guinea, donde trabajan escolapios que conocemos en misión. Nuestra situación familiar particular no es precisamente óptima ya que mi mujer lleva sin trabajar ya bastantes meses y sin cobrar la prestación un año y medio. Nuestros ahorros nos lo han permitido y poco a poco van menguando. Y a uno siempre le entran ciertas precauciones a las que nos ha educado esta sociedad, la sociedad de las seguridades, de los seguros, del bienestar… Uno a veces piensa si será una irresponsabilidad eso de dar cuando uno no tiene el futuro asegurado pero ¡qué coño! (siento la expresión)… ¿me creo o no me creo esto «dad y se os dará»?

Hoy lo aplico al dinero pero se podría aplicar al tiempo, a uno mismo… Yo intento hacer vida ésto. Me lo creo. Y quiero jugarme la vida desde ahí. El hecho de dar me obliga a desprenderme de seguridades, de ataduras, de asideros y a poner mi confianza más allá de mis posibilidades y capacidades. Buena lección cuaresmal.

Un abrazo fraterno

El Señor me sostiene (Sal 3)

Hoy en mi comunidad fue el primer día de puesta en común del trabajo personal que hemos decidido empezar para este curso alrededor del tema de las emociones.

 ¡Qué difícil! Ayer hubo un momento que me recorrió una emoción de desazón al pensar que nunca sería capaz de llegar a controlar y a observar qué emociones me traspasaban. Es un trabajo arduo que quiero realizar y al que me quiero enfrentar pero que me supone un tremendo esfuerzo y una gran capacidad de profundización y observación. No sé si seré capaz. Pero el salmo me sopla confianza. El Señor me sostiene. El Señor me mantiene en pie. Vale la pena crecer aunque la ropa se nos quede pequeña y nos apriete, aunque los primeros momentos de incomodidad aparezcan.

Ojalá mis hermanos me ayuden…

Un abrazo fraterno

No hay temor en el amor (1Jn 4, 11-18)

Una de las bases del amor es la confianza. Quién confía, no teme. Quién ama, no teme.

Estos últimos días llegaron a mi poder unos mp3 de momentos radiofónicos en los que, tras ponerse en contacto una novia con los responsables del programa, una de las chicas del programa llamaba al novio haciéndose pasar por una interesada en él. El objetivo es «poner a prueba» la fidelidad del novio en cuestión. El que ama no pone a prueba. Es tremendo pensar en parejas que funcionan con esas dinámicas… Funcionan desde el miedo: miedo al compromiso, miedo a la ruptura, miedo a la infidelidad, miedo a la convivencia, miedo al futuro, miedo al amor, miedo a…

El amor de Dios tampoco se debe poner a prueba. Yo intento no hacerlo aunque la barca se mueva y el temporal azote. Sé que Él está aunque a veces me parezca un fantasma y sólo intuya su sombra de niebla. Intento no ponerlo a prueba en mis oraciones, en mis deseos… Él me ama. Ama al mundo. «No temáis, soy yo»… Para alguien con tantos miedos como yo, la Palabra de hoy es perfecta…

Un abrazo fraterno

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… tampoco túnica de repuesto (Lc 9, 1-6)

gsaber.jpgHace ya algunos meses (o algún año) que leí un libro, recomendado por un hermano de comunidad, que se llama «Saber escoger» de Carlos G. Vallés. Es sobre el arte del discernimiento, del buen discernimiento. Habla de las elecciones, de las encrucijadas, de los caminos elegidos… Una de las anécdotas o historias se me quedó grabada. Hablaba de romper puentes, de dinamitar toda posibilidad de «volver atrás» ante una elección tomada y asumida. Hoy el Evangelio me habla de eso. Me habla de ponerse en camino, de saberme enviado. Una vez el camino comienza mejor no llevar todo aquello que nos hace cubrirnos las espaldas, comprar seguros antiriesgos… porque todo eso nos hará vacilar, nos hará dudar, nos hará no hacer las cosas lo mejor que sepamos, nos hará perder la confianza en que «se nos dará por añadidura»…

Una túnica de repuesto es más peligrosa de lo que parece…

Un abrazo fraterno