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Inquietud ante una vida mediocre (Am 3,1-8;4,11-12)

El profeta Amós parece el poli malo y Jesús parece el poli bueno. Una primera lectura inquietante, donde el profeta nos advierte del enfado de Dios con nosotros. Un Evangelio esperanzador, donde Jesús calma la tempestad y nos anima a no tener miedo nunca.

«Prepárate a encararte con tu Dios» dice Amós. Y trago saliva. Porque sí me reconozco infiel, porque sí me reconozco indigno de su amor muchas veces, porque sí reconozco en mí actitudes idólatras, falsas, injustas con Aquél que me libró de la esclavitud y me ofreció la felicidad.

Y a la vez: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!» es la frase que me brota, como casi siempre, en la dificultad. Sin fe en Aquél que me salvó, sin ver a Aquél que viaja a mi lado, en la misma barca.

Señor, no quiero encararme a ti. Señor, no quiero decepcionarte. Señor, te necesito.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Yo me imaginaba… (2Re 5, 1-15a)

macarrones_3.jpgA mi eso me pasa muchas veces. Vivo por adelantado muchas cosas y me hago unas expectativas e ilusiones que, a veces, después no se cumplen. Recuerdo cuando era más pequeño e iba al cole y mi madre me decía por la mañana que iba a haber macarrones para comer. Me pasaba toda la mañana en clase soñando con esos macarrones que me iba a comer y, claro… ¡pobre de mi madre como se le ocurriera cambiar la comida ya que entrar en casa y no recibir el olor adecuado era para mi dramático y me estropeaba las siguientes horas de mi día!

He crecido bastante en este aspecto. No porque haya dejado de adelantar situaciones sino porque, al menos, cuando las cosas no salen cuando esperaba no se me estropea el día. ¡Ya es bastante!

Un abrazo fraterno