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¡Comienza el curso!

09:20 Entro en el teatro. Ya están sentados, con distancia, los alumnos que entran nuevos en el cole. Se palpa novedad y cierto respeto. Llegar nuevo siempre tiene su parte de dificultad, aunque también de oportunidad. El reto es acogerles con cariño y que se sientan en casa desde el primer día.

09:45 Paseo por las instalaciones con las alumnas que entran nuevas en el cole y que serán de mi tutoría, Paula y Martina. Vienen con ganas. Les han hablado bien del cole. Son distintas. Lo percibo. Es una maravilla comprobar que cada una guarda su luz en una vasija diferente. Ojalá prenda fuerte todo el año.

10:10 En la puerta, gel hidroalcohólico en mano, voy recibiendo uno a uno a mis tutorandos. Clase con aroma femenino. Sólo 4 chicos de 23. Cada uno toma su sitio. Están ahí, detrás de las mascarillas. Se perciben sonrisas y ganas de poner esto en marcha. Ojalá sepa cuidarlos, uno a uno. Ventanas abiertas, siempre. Aire fresco cada día.

11:15 Es hora de irse. Suficiente por hoy. Me he presentado un poquito aunque ya me conocían. Repasamos horario, profesores, protocolos COVID, novedades del curso y decidimos que queremos vivir un curso bonito. Ponemos a Soraya en el proyector y subimos el volumen de la música. Han compartido poco. Callados pero no serios. Ninguno con miedo, eso dicen. A por ello.

12:00 Más de una horita, con compis del claustro, repasando el Google Classroom, el Drive y las operaciones básicas que los tutores enseñaremos a nuestros alumnos el próximo viernes. Buen ambiente. Se huelen ganas de hacerlo bien, de innovar, de adaptarse, de esforzarse por ellos. Un orgullo ser parte de este claustro.

14:15 Llego a casa. La boca está seca. Me quito la mascarilla pero se mantiene la sensación de llevarla puesta buena parte de la tarde. ¿Cómo volverá a ser eso de no llevarla? No es momento para darle vueltas. Estoy cansado de los nervios del primer día. Ha ido bien. Mañana más.

Contad a los pueblos sus maravillas (Sal 95)

Hoy quiero dar gracias y contar las maravillas que Dios ha hecho conmigo. No todo el mundo es consciente de que mucho de lo sentido la semana pasada es en mi un gran logro. Vivir y degustar mi soledad era algo inimaginable hace algunos meses. Cierto es que ha sido el trabajo personal y el empuje y la vivencia comunitaria la que me ha hecho crecer en este aspecto pero, evidentemente, tanto mi comunidad como yo somos meros instrumentos de la luz del Padre. Fue Él quien abrió caminos, quien inspiró proyectos, quien cimentó las bases y acompañó procesos.

Hoy me veo en el espejo y, aunque descubro mucho de lo que queda por hacer, soy capaz de reconocer las maravillas del Señor.

Un abrazo fraterno

esbelo

Todos los que sufrían se le echaban encima (Mc 3, 7-12)

Llevo ya 4 días alejado de mi casa, de mi mujer y de mis hijos. Y he aprendido a saborear también esta soledad. Ya no hago tonterías y he elegido el cine como la mejor manera de aprovechar el tiempo. Creo que es una medida inteligente.

Ver solo una película cuando estás lejos de casa te hace sentir y pensar, a mi me conecta con mi centro. Hace años, al salir de ver una película yo quería ser como el protagonista y que me pasar lo que a él le pasaba y hacer lo que él hacía. Hoy es distinto. Hoy salgo de ver una película y quiero ser yo. Me reconozco en mis emociones. Me gusto y me pregunto ¿qué me hace ser distinto tantas veces? Me reconozco tremendamente sensible. Y dulce. Y cariñoso. Y soñador. ¿Por qué me cuesta tanto luego ser eso? ¿Por qué me pierdo Señor en intentar demostrar que sé más, que puedo más, que tengo más razón, que soy más fuerte? ¿Por qué discuto de cosas que nada importan? ¿Por qué estropeo lo que tengo más valioso en cada momento: el momento?australia

Esta guerra me hace sufrir a veces. Cuando me dejo sentir, como ahora. Me hace sufrir porque no sé si es que soy incapaz de ser y mostrar lo que soy o qué pasa. Y hoy quiero echarme encima de Jesús y contarle todo esto y llorar en sus brazos. Necesito que me acaricie el cabello y me mire a los ojos. Necesito sentir su mirada confiada que me hable y me diga que sí puedo, que Él sabe quién soy, que sea fuerte y me dé tiempo.

Mientras tengo a mis hijos acostados a mi lado. Y a mi mujer. Y les digo como el niño aborigen de «Australia» a Nicole Kidman: «Señora patrona, yo canto para que tú vienes». Amén.

Un abrazo fraterno

australia

No os engañéis (St 1, 12-18)

La vivencia comunitaria sigue siendo de lo más sorprendente. La reunión de ayer fue genial. Reunión EMOCIONANTE. Y nunca mejor dicho.

Y la Palabra de hoy ilustra lo que ayer vivimos: el esfuerzo personal y comunitario por vivir cada día menos engañados. El engaño no es de Dios. Dios es verdad. Y a eso tenemos que aspirar.

Un abrazo fraterno

… voy a crear un cielo nuevo (Is 65, 17-21)

Hoy tocaba compartir en mi comunidad alrededor del trabajo personal con el libro de Greenberg acerca de las emociones. A mi no me dio tiempo a trabajar todo lo que había sido estipulado pero llego a la noche contento y satisfecho y muy, como decirlo, aliviado. Es una sensación curiosa. Es como si hubiera podido expresar cosas y conectar con rincones ciertamente inexplorados por mi mismo.

Al contrario que otros, llegar y explorar esos rincones me ha producido alivio, felicidad en cierta manera. Es como si un cielo nuevo estuviera sobre mi y me llenara con su luz recién creada.

Hoy he experimentado la tristeza. He llorado. Y mi cuerpo lo ha expresado también de varias maneras. Y me ha aliviado poder decir «estoy triste». Conectar con esa emoción ha sido realmente un «milagro» maravilloso. Haciendo camino hacia la Pascua.

Un abrazo fraterno

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Pintura extraida de: http://bambarostrospinturasypalabras.blogspirit.com/