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Desprenderse de lo amado (Mt 19,16-22)

Yo también soy rico. Como aquel joven que se acercó a Jesús.

Tengo una vida relativamente cómoda y privilegiada.
Tengo un buen trabajo, que me apasiona.
Tengo una casa, un hogar, comida a mi mesa y todas las necesidades básicas cubiertas.
Tengo una familia maravillosa, una esposa y unos hijos que son una fortuna.
Tengo formación y posibilidades de seguirme formando.
Tengo una comunidad de fe, con la que seguir a Jesús.
Tengo una vocación, una claridad que me ayuda a caminar y encontrar mi sitio.
Tengo salud.
Tengo amigos sin los que la vida sería más triste y sombría.
Tengo… mucho, mucho… de lo que no me gustaría desprenderme.

¿Y si se me arrebata algo de todo esto? ¿Y si para ser fiel al Señor debo renunciar a parte de ello? ¿Y si llega la prueba, el dolor, la pérdida?

¿Seré capaz de seguir adelante, confiando en Dios?

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Es más fácil cumplir que seguir (Mt 19,16-22)

Esto es lo que experimentó aquel joven que se acercó a Jesús y que se marchó triste de vuelta, descubriéndose incapaz de dar un paso más.

Porque no es lo mismo cumplir que seguir. Es más fácil lo primero. Cumplir una serie de preceptos no es algo malo. Al contrario. Dios nos pide que cumplamos su Ley, claro que sí. No se trata de echar abajo la Ley. Pero este joven, cumplidor como el que más, se había pensado que el cumplimiento era el vehículo a su salvación. Y en este empeño, claro, no necesita a Cristo para nada.

Jesús viene a corregir su mentalidad. No es el cumplimiento lo que salva. Es el seguimiento a su persona, un seguimiento que, a la vez, es comunitario. Esa es la clave del Evangelio de hoy. No tanto lo de venderlo todo y dárselo a los pobres… Jesús no le pide que se haga pobre. Jesús le pide que le siga, pero sabe que cuántas más cosas y dinero… más excusas para no hacerlo.

Es bueno mirar hoy a nuestra vida y echar un vistazo a cómo afrontamos nosotros este asunto. ¿Somos cumplidores? ¿Pensamos en el cielo como un lugar al que yo llego si cumplo la ley y del que se me destierra si no cumplo? ¿Medimos el cumplimiento de los demás? ¿O tal vez nos centramos en Jesús, intentamos seguirle y dejamos que sea Él quién nos salve con su amor y misericordia? That’s the point.

Un abrazo fraterno – @scasanovam