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¿A qué has venido? (Mc 1,21-28)

Sorprende la reacción del mal espíritu cuando se encuentra con Jesús. Un espíritu que increpa a Jesús, que se pone a la defensiva, que le acusa, que se muestra manifiestamente molesto con la presencia del Nazareno. Y es que el mal se revuelve contra Cristo.

Nosotros también estamos llamados, por la misma razón, a encontrarnos con este tipo de reacciones cuanto más a Cristo nos parezcamos. No hay que buscar la incomodidad ni el rechazo ni el conflicto, porque es posible que llegue por sí solo. Porque la manera de vivir del Reino es demasiado provocadora para el mal, que suele estar presente de forma sutil y silenciosa en nuestros entornos. A veces nos encontraremos también con acusaciones, con molestias, con rechazo, con envidias, con maquinaciones, con susceptibilidades… a veces incluso con halagos insanos… y todo porque el Maligno y Jesús son incompatibles.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

¿Qué hacemos con el Maligno? (Marcos 5, 1-20)

angelcaidoEn la Iglesia tenemos un problema con el tema del mal, el maligno, el demonio o como queramos llamarlo.

No hay más que leer la lectura de hoy para descubrir el caso del endemoniado y, a la vez, descubrir l estupor que ya de aquella provocaba en las personas. No es fácil creer que existe. Pero existe. Nos lo cuenta el Evangelio.

La Iglesia está muy dividida en este asunto. Y tal vez de una vez por todas debería haber una postura valiente. Hay diócesis que nombran exorcistas, hay testimonios múltiples de estos procesos y probados casos de personas cuerdas que no viven enajenadas. Por otro lado, existen las diócesis en las que no se quiere oír ni hablar del tema… El demonio no existe, dicen… El Mal es una nebulosa, la ausencia del Bien…

Lo único que está claro es que, en el medio, hay hombres y mujeres como el del Evangelio, que necesitan la acción de Jesús para ser liberados del demonio. Ellos necesitan respuestas… y acciones.

Un abrazo fraterno