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Aguardamos con perseverancia (Rm 8,18-25)

No es bueno tener todo. No es sano no necesitar nada. No es bueno porque anula la esperanza. Y hablo de lo material y de lo espiritual. La ausencia de necesidad, la ausencia de imperfección, la ausencia de sed… aleja de Dios. Gracias Padre por no tener de todo, gracias por sentirme imperfecto, por saberme necesitado de tu abrazo y comprensión, de tu perdón… Gracias por mantener viva en mi la inquietud y la capacidad de sorpresa.

Un abrazo fraterno