Entradas

Se le cumplió el tiempo del parto (Lc 1,57-66)

Me ilumina enormemente la Palabra de hoy. Tal vez también a mi me ha llegado el tiempo del parto. Esta va a ser mi Navidad. Lo que Dios había gestado en mi, y sigue gestando, empieza a empujar con fuerza queriendo salir. No sé si ya he roto aguas o sólo estoy en los días previos, cuando las contracciones empiezan a dar buenos meneos. Lo que parece claro es que empiezo a sentir que es momento de dar a luz, de parir a la luz de Dios que llevo en mi.

Un parto es doloroso pero, a la vez, la mayor experiencia de creación que Dios ha podido regalar a los hombres. Parir es romperte, vaciarte, entregarte, es perder y ganar, es multiplicar.

Esta es mi Navidad. Atento al rumor de los vientos que llegan con el Cristo que nace. Pobre. Temeroso. A flor de piel. A la escucha. Lleno de Dios.

Un abrazo fraterno

Él es mi auxilio y mi escudo (Sal 32)

En la línea de mis sentimientos de estos días recibo hoy con gozo el salmo 32. Ese final lleno de confianza en el Padre y en sus proyectos me anima a buscar la verdad de mi vida y a no tener miedo de apostar por aquello qu discierna «de Dios para mi». Sé que toda mi fuerza radica en Él y que mi vida está en sus manos. No porque Él la manoje a su antojo sino porque la sostiene en las consecuencias de mi libertad.

Estamos ya en la semana de Navidad y la espero con ganas. El domingo ya está en el horizonte. Tengo ganas de ir a Coruña con los míos.

Un abrazo fraterno