Entradas

¿Qué quieres de nosotros, Jesús? (Mc 1, 21-28)

Es la reacción de alguien que lo oyó en la sinagoga y se revolvió. Y tuvo que gritárselo seguramente enojado, contrariado, inquieto.

A mi me surje el mismo grito y la misma inquietud cuando «le oigo» en la Palabra de muchos días, cuando «le oigo» en el testimonio de testigos del siglo XXI, cuando «le oigo» en la comunidad y en las necesidades que percibo en el mundo que me rodea. ¡¡¿QUÉ QUIERES DE MI, JESÚS NAZARENO?!!

Me cuesta un montón saberme en búsqueda. A la vez, miro atrás y descubro muchos pasos de compromiso: mi matrimonio, mis hijos, mi comunidad, mi compromiso con los jóvenes en la escuela Pía… Pero falta algo. Y muchas veces pienso que tal vez nadie me quite nunca esta sensación y que, tal vez, el secreto está en dar pasos pero quedándose siempre con  la certeza de que no es el último y de que Jesús nos espera para algo más. ¿Es ese el secreto Padre?

Mientras, intento vivir cada día mejor y más auténtico. Mañana he quedado con dos personas para plantearles algo nuevo. ¿Se abrirán nuevas puertas? Dejemos entrar al viento…

Un abrazo fraterno

velero

Dándole gracias (Lc 17, 11-19)

Soy consciente, y creo decir verdad, que si estoy plenamente convencido de que Dios, mi Padre, no me envía enfermedades ni sufrimientos ni catátrofes… tampoco me «manda» subidas de sueldo, aprobados ni loterías ganadas. Creo que Dios acompaña. Siempre. Pero independientemente de esto hoy me surge un sentimiento de gratuidad. He firmado esta misma tarde las condiciones de mi nuevo puesto de trabajo, un puesto mejor y que, además, me gusta más. Es un puesto que he alcanzado con mi trabajo, mi esfuerzo y mis capacidades pero es innegable que yo no «soy» solo. Mi ser no es sólo mío y mis decisiones, mis resultados, mis frutos… son consecuencia inevitable de todo y todos los que me ayudan a ser cada día.
gracias.gif
Yo soy yo y soy Dios y soy mi mujer y soy mis hijos y soy mi comunidad y soy mis padres y mi hermano y soy mi entorno y soy mis compañeros de trabajo y soy lo que vivo y lo que dejo de vivir y soy lo que decido y soy lo que elijo… No sé… No sé si me estoy explicando pero yo me entiendo.

Hoy es día de dar gracias, de sentirme acompañado en la satisfacción, de saber que no he llegado aquí solo, de hacerme conscientes de los pasos dados.

Un abrazo fraterno