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Eres príncipe desde el día de tu nacimiento (Sal 109)

Hoy he ido al hospital a conocer a mi primer sobrino, Diego. Nació ayer, al mediodía, cuando empieza a apretar el hambre. Inevitablemente, al leer el salmo de hoy he pensado en él. Son cosas muy hermosas las que el Señor le dice hoy a Diego y, por añadidura, a todos nosotros: «eres príncipe, sacerdote eterno… Yo te engendré…».

Diego es querido de Dios, querido por Dios. Fruto del amor de sus padres y testimonio de que el amor es creador, traspasa los límites, desborda los proyectos. Mi oración de hoy es Diego, príncipe llamado a servir, a amar, a ser, a partirse, a compartirse, a ser feliz. Ojalá que nunca se olvide del salmo que hoy el Padre le dedica tan amorosamente…

 

Un abrazo fraterno