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Perdiendo followers… (Lc 4,16-30)

Hoy en día asusta ese de perder followers o seguidores. Todo el mundo hace lo posible por sumar cada día más. Y si se tiene uno que desnudar, se desnuda. Y si tiene uno que cantar, pues canta. Y si tiene una que raparse la cabeza, pues se la rapa. El caso es que a uno le sigan a toda costa.

Jesús necesita unas clases. Se le ocurre ir un día a su tierra, a su pueblo. ¡Qué contenta estaría su madre y su familia! ¡Pues va y la lía! No se le ocurre otra cosa que decir que la Palabra de Dios se hace realidad en Él. Adiós followers. Casi lo linchan. Y porque no había twitter de aquella…

El caso es que tenemos que preguntarnos para qué es nuestra vida, qué anunciamos con ella. ¿Cómo pasamos este tiempo que se nos ha regalado? Tal vez de esa decisión depende el número de seguidores que tengamos… Pero hay veces que a mayor apuesta, y a mayor amor, mayor es el rechazo. Piénsalo y opta.

Un abrazo fuerte – @scasanovam

¿A qué has venido? (Mc 1,21-28)

Sorprende la reacción del mal espíritu cuando se encuentra con Jesús. Un espíritu que increpa a Jesús, que se pone a la defensiva, que le acusa, que se muestra manifiestamente molesto con la presencia del Nazareno. Y es que el mal se revuelve contra Cristo.

Nosotros también estamos llamados, por la misma razón, a encontrarnos con este tipo de reacciones cuanto más a Cristo nos parezcamos. No hay que buscar la incomodidad ni el rechazo ni el conflicto, porque es posible que llegue por sí solo. Porque la manera de vivir del Reino es demasiado provocadora para el mal, que suele estar presente de forma sutil y silenciosa en nuestros entornos. A veces nos encontraremos también con acusaciones, con molestias, con rechazo, con envidias, con maquinaciones, con susceptibilidades… a veces incluso con halagos insanos… y todo porque el Maligno y Jesús son incompatibles.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Rechazar una invitación (Lc 14,15-24)

Creo que hay una casa que es peor que hacer el mal: rechazar el bien que te llega. Es como rechazar una invitación a la mejor fiesta del mundo, al mejor banquete de la historia, al evento más especial de la vida. Es tirar a la basura lo que se te concede sin merecerlo. Terrible.

No sé si visteis la película o el musical de «Los Miserables». Me encanta. La película tiene varios momentos grandiosos, épicos y terribles, dramáticos algunos. Pero creo que no hay momento peor que cuando Javert rechaza el perdón de Valjean. Por un momento parece que la disputa y la persecución de tantos años, tenía arreglo. Pero el corazón de Javert prefiere antes la muerte que saberse perdonado. ¿Hay algo más trágico?

La vida nos trae cosas buenas. Regalos inesperados. Personas sorprendentes. Detalles increíbles. Podemos cogerlos o dejarlos pasar para seguir centrándonos en lo mal que nos va, en lo que  nos falta, en lo que no tenemos ni entendemos. Dios nos hace cada día un ofrecimiento: seguirle, amarle, sabernos perdonados y amados por Él. ¿Qué hacemos con esa invitación? Muchas veces… darle la espalda, con sonrisa fácil e hipócrita. ¿Hay algo más trágico? ¿Hay pecado mayor?

Un abrazo fraterno – @scasanovam

No temas, sigue hablando (Hch 18,9-18)

El Espíritu habla. A Pablo le habló a través de un sueño. A mí a través del corazón. Pero escucho su voz. También me dice, como a Pablo, «no temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo, y nadie te pondrá la mano encima para hacerte daño». Muy fuerte. Necesitaba encontrarme con esta Palabra. Necesitaba sentirme enviado a algo.

Hablar da miedo. Miedo de que no te entiendan. Miedo de sufrir rechazo. Miedo de generar conflicto. Miedo de hacer daño. Miedo de equivocarte. Miedo de no acertar con las palabras adecuadas. Callar es una opción. A veces la vestimos de prudencia. Pero yo me siento llamado a hablar y a decir y a proponer y a animar y a criticar y a apoyar y a bendecir y a denunciar y a profetizar…

¿Miedo? Un poco. Pero seguiremos hablando.

Un abrazo fraterno