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Zasca de San Pablo (1 Cor 1,17-25)

«No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio,
y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.»

 

Vaya frase de San Pablo, para ser la primera de la lectura que hoy nos propone la Iglesia. Vaya zasca para algunos, a los que parece sólo preocuparles cuántos se bautizan, cuántos hacen la Primera Comunión, cuántos se confirman, cuántos se casan… y que convierten parroquias, capillas, colegios… en máquinas sacramentales sin que haya habido un gran trabajo para que la semilla evangélica pueda ir creciendo de otra manera.

La Iglesia necesita buscar la manera de ANUNCIAR al CRISTO CRUCIFICADO Y RESUCITADO en la España de hoy, en la Europa de hoy, en la América de hoy, etc. Necesitamos comunidades vivas, reales, donde las personas descubran la fraternidad, la comunión de sus vidas, la acción de Jesús entre nosotros, la fuerza de una oración sincera y conectada con la vida. Necesitamos preparar terrenos que ahora mismo están áridos o llenos de vegetación salvaje y en los que es difícil que entre la luz o que germine la semilla. Empeñarse en seguir funcionando como siempre, cambiando sólo un poco los materiales y los tonos… es insuficiente.

Hemos convertido los sacramentos en sacraMIENTOs porque, al contrario de S. Pablo, por bautizar nos hemos olvidado de anunciar.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

 

A veces sólo quiero que me quieras (Lucas 10, 38-42)

Marta, Marta…

Lo mismo me dice a mí Jesús hoy, cuando elevo mi queja por todo lo que me cuesta «trabajar» para el Reino. Marta está trabajando por Jesús y para Jesús, no lo olvidemos. Ella, en su ansia por tenerlo todo a punto, no descansa afanada en que el Señor esté lo más a gusto posible. Pero se olvida de que lo tiene allí.

Esta lectura, tan conocida y trillada, a veces pasa sin pena ni gloria. Nos la ventilamos rapidito sin acabar de darle una vuelta más. Yo creo que yo lo hago porque es una lectura molesta para mí. PRODUCCION-FAMILIA-CRUCIFIJOS-ADORNAR-CONVENTO_LNCIMA20130331_0521_5

Intuyo en mi corazón que el Señor, contento y satisfecho con mi dedicación en la construcción del Reino, me pide muchas veces otras cosas. Jesús tal vez me pide que, estando muy bien lo de hacer, hacer y hacer…, a él también le gusta que le quieran, que le amen, que le mimen. Le gusta encontrarse a solas conmigo, contarme confidencias, apoyarse en mi hombro y ofrecer el suyo, compartir preocupaciones, descansar uno en el otro… Jesús me dice que está bien llevar grupos de fe, dedicarse a las familias del cole, trabajar incansablemente con la Fraternidad, evangelizar en la red… pero que Él también quiere encontrarse conmigo en la Eucaristía, en la Reconciliación, en la visita inesperada al Santísimo, en el rezo del Rosario y en tantas otras cosas.

No es más quién hace más cosas. Yo tampoco. Por muy majo que me crea, por muy entregado que me sienta, por muy cansado que esté. El diablo también me enreda en mi autocomplacencia, en mi humilde soberbia.

Un abrazo fraterno

#ReconocerLE (Mateo 17, 10-13)

gafas_cerveza_2¿Reconozco a Jesús? ¿Reconozco a los profetas de Dios que me rodean?

Imprescindible: haber conocido ya a Jesús. Haber conocido a algún profeta.

Sin mi experiencia de Dios personal, sin mi encuentro con el Señor… dificilmente voy a reconocerlo en el pobre, en el enfermo, en el vecino, en el niño…

Esta palabra me llama a cultivarme hoy más que nunca, a practicar los sacramentos, a orar con fe en mi comunidad, a formarme más y mejor… y a tener mis ratos íntimos con Él. Sólo así lo reconoceré. Sólo así.

Un abrazo fraterno