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Yo te amo, Señor (Salmo 17)

Preciosas las lecturas de hoy. Desde la primera hasta el Evangelio maravilloso en el que Jesús me muestra el camino más corto y más verdadero para amar a Dios: el prójimo.

Pero el Salmo de hoy me resuena, me resuena y me resuena. Tal vez porque hoy, justo hoy, me sirve de reafirmación de muchas cosas. Tal vez porque hoy, justo hoy, necesite esa roca, ese alcázar, ese escudo protector, esa fuerza salvadora.

Protégeme (Salmo 85)

Bonito salmo el de hoy con el que elevo al Señor esta petiicón de protección. Mi vida es frágil y las personas a las que amo también. Protege a mi familia, Padre. Protégenos.

Protege a mis hijos. Cuídalos bien y que ellos se sientan queridos por ti.

Protege a Esther y a sus sueños de cambio.

Protege a mis padres, a mi hermano. Protege a mi comunidad. Que nada nos arrebate del camino de construir tu Reino y dar testimonio de tu amor.

Un abrazo fraterno

¿Por qué te desentiendes de nosotros? (Salmo 43)

Hoy me he encontrado con esta noticia que me ha llenado de tristeza y pena.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/12/internacional/1326372899.html

Y leo el salmo 43 y veo que muchas veces uno tiene el sentimiento y la sensación de que Dios se ha esfumado. Su silencio ante tanto sufrimiento humano duele y se hace insoportable e indefendible. Hoy, más que nunca, Señor ven en nuestro auxilio.

Un abrazo fraterno

Elige la vida (Deuteronomio 30,15-20)

Vaya tres lecturas tenemos hoy. ¡Madre mía! Tremendamente especiales para mi, sobre todo el salmo y el Evangelio que se concentran en la frase del Deuteronomio: «Elige la vida».

Recuerdo cuando me debatía internamente allá por el año 2000, en Coruña. La duda de apostar la vida por Esther, en Madrid, era lo más importante y difícil a lo que me enfrentaba nunca. Dejar mi ciudad, mis amigos, mi familia, la carrera sin acabar… y jugármela cuando Esther y yo no éramos más que dos personas empezando a salir juntos, fue algo muy jodido (siento el término). Y recuerdo leer muchas, muchas veces este Salmo 1. Y recuerdo interpretarlo, no sé si correctamente desde el punto de vista teológico, y sentir que era Palabra de Dios para mi. El camino que yo eligiera era un camino legítimo, fuera quien fuera. Me lo estaba planteando en serio, desde Dios, con Dios en medio, y con el fin de ser más feliz. Ese «camino del justo» no iba a ser abandonado por Dios. Y con esa confianza, no en que todo me fuera a salir bien sino más bien en que pasara lo que pasara Dios iba a estar a mi lado, elegí un camino y aquí sigo, caminando.

Y el Evangelio me recuerda algo parecido. Ese «perder la vida» trae a mi corazón el tema de la Hermana Glenda que me pone los pelos de punta. «No tengáis miedo». Buen lema de vida. Difícil lema.

Hoy tomo conciencia de lo elegido. Sigo apostando vivir desde el riesgo que supone elegir y optar buscando la felicidad.

Un abrazo fraterno

Salmo 49 a propósito de Haití

Recitando el salmo 49 me llena de verdad su final. Eso que dice Dios acerca de que los sacrificios le honran pero que sólo el recto encontrará la salvación. Qué matiz. Dios y sus matices. Los sacrificios… no están mal aunque lo que de verdad importa es escuchar y hacer realidad la Palabra de Dios para mi. No es tanto estar preocupado en no ofender a Dios e intentar agradarle con «cositas» como luchar y esforzarse en cumplir su voluntad para mi vida, en conocer mis dones, en ponerlos al servicio, en seguir mi vocación, ser feliz y construir, de esta manera, un mundo mejor.

Y me viene muy a cuenta con lo que está pasando en Haití. Todo estos días vemos cómo todos los Estados se esfuerzan en mandar ayuda, medicinas, alimentos, recursos… Es el momento de ayudar nos dicen los gobernantes y las organizaciones. Y es verdad. Hay que ayudar y hacer lo que uno pueda. Pero ¿qué pasaba antes? ¿A quién le importaba uno de los países más pobres de la tierra? ¿Cuánto nos preocupamos de colaborar en que esos países salgan adelante? ¿Qué hicimos antes por esa gente? Un terremoto no es culpa de nadie, es una catástrofe pero ¿qué responsabilidad tenemos todos en sus consecuencias demoledoras? Veo con asombro cómo en terremotos de mucha más magnitud en EEUU o en Japón… los edificios ni se inmutan y no hay casi muertos. En Haití es como si la misma Nada de la historia interminable hubiera pasado por Puerto Príncipe.

Da que pensar.

Un abrazo fraterno

Padre de huérfanos (Sal 67)

No soy un apasionado de los salmos pero de vez en cuando me sorprenden y me conmueven tocando lo más hondo de mi ser. El salmo de hoy, su primera parte, es una de estas sorpresas. Creo que en sus palabras se esconde la más bella y verdadera descripción del Dios en el que creo, del Dios cristiano. Son palabras que me han tocado el corazón. Un padre para el huérfapapaitono, una compañía para la viuda, para el que está solo, la libertad para el preso… lluvia abundante para los que están atribulados… es hermosísimo. Un Dios que fundamenta su ser en el otro, en la persona, en su necesidad… que acoge amorosamente y descubre nuestras necesidades más básicas. Un Dios que abraza, que toca, que calienta, que susurra, que mira, que moja, que anima, que vivifica, que acompaña…

Si somos testimonio de ese Dios, seremos buena noticia. Si somos testimonio de otras cosas… ya no lo sé.

Un abrazo fraterno

Salmo 77

Qué bonito me ha parecido el salmo 77. Ayer lo leímos enterito en la comunidad pese a ser un salmo largo. Su belleza es extrema. La historia que narra es actual. El Dios que presenta es exigente y misericordioso como sólo Él sabe serlo.

Yo me quedé con una frase que aparece como a medio salmo y que hacorazonadabla de que hay que poner el corazón a fondo en aquello en lo que se cree. En la vida, en la manera de vivirla, en cada proyecto, con cada persona, en cada compromiso adquirido, en la fe… Hay que jugarse el corazón. Como decía Chesteron, no es posible querer repartir el pastel y a la vez quedarse con él. O das el corazón o no lo das. Pero jugártelo es jugar desde la verdad, arriesgar desde Dios…

Mi último proyecto es Padres enREDados. Emepzamos este curso en el cole de mi hijo. Ojalá tenga frutos. Yo, al menos, estoy poniendo el corazón en ello.

Un abrazo fraterno

Él… (Sal 102)

Leyendo este salmo no logro a comprender la postura de muchos creyentes. O no leemos el mismo Evangelio, los mismos salmos… o no es posible… ¿Será que, al final, cada uno lee lo que quiere oír? A veces esto parece Eurovisión… pase lo que pase, el voto ya está decidido. Una pena.

Él PERDONA todas tus culpas

y CURA todas tus enfermedades;

Él RESCATA tu vida de la fosa

y TE COLMA de gracia y de ternura

Un abrazo fraterno