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Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Sábado 3º Ciclo B

Procuremos conocer al Señor.
Su manifestación es segura como la aurora.
Vendrá como la lluvia,
como la lluvia de primavera
que empapa la tierra.
Os 6,1-6

Hoy me han comentando que llueve en algunas de las zonas más secas de España, donde no llovía desde hacía meses. Cuando la sequía se abre paso… todo se resquebraja. ¡Imagínate un corazón seco, lleno de grietas, sin vida!

Pues Dios llega a tu corazón a empaparlo, a llenarlo de nuevo de vida, a darle un respiro. Cuando Él entra en tu corazón, llega la primavera y las flores y…

Deja que llegue. Pon tu tierra seca y sediento a tiro.

Dios acaba con la sequía (Sal 64,10.11.12-13)

Qué precioso es el salmo de hoy…

Tú cuidas de la tierra, 
la riegas y la enriqueces sin medida; 
la acequia de Dios va llena de agua, 
preparas los trigales.

Riegas los surcos, 
igualas los terrenos, 
tu llovizna los deja mullidos, 
bendices sus brotes.

En estos tiempos de subida de temperaturas, de cambio de paisajes y ecosistemas, de luchas por el agua en muchos rincones del planeta, de embalses vacíos, de secarrales, desiertos y deforestación; es una palabra refrescante la que hoy escuchamos, una imagen preciosa de que cómo el Señor nos cuida, nos enriquece, nos riega y deja nuestro corazón bien mullidito para que de él broten las más espectaculares y hermosas plantas, hierbas, flores.

Cuando Dios deja de estar presente en nuestras vidas, el calor aprieta y el mismo sol con el que disfrutábamos empieza a cansar, a agobiar y a quemar en exceso. La sed aprieta. La piel se reseca y oscurece. El pecho se oprime y se ahoga. El ambiente se carga y la polución de queda. Llega de Dios y con él trae vientos de cambios que limpian el cielo, la humedad que suave vuelve a empapar cada poro de tu ser. La temperatura baja. El entorno se refresca y su acción sobre tu vida es similar al trago de agua cuando la boca ya no puede ni tragar.

Hay imágenes que no necesitan más explicación porque también la poesía, y en buena manera lo hace, habla de Dios.

Un abrazo fraterno – @scasanovam