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El Señor está cerca de los atribulados (Sal 33)

Lo primero que tengo que decir es que la palabra «atribulados» no está recogida en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Como curiosidad. Sí está la palabra «tribulación» de donde podemos deducir la anterior. Atribulado será todo aquel que sufre pena, congoja, tormento, persecución… adversidades.

Las adversidades están ahí. Todos los días. Y la sociedad en la que vivo llena mi vida de tribulación. El concepto del trabajo, la economía y el tiempo me oprimen. Mucho que hacer y poco para disfrutar. «Hay que disfrutar en cada momento con lo que uno tiene» – dicen algunos. Y es verdad. Pero eso no quita para admitir que vivimos a un ritmo frenético e inhumano. Y luchar contra eso cansa, agota, desgasta.

Está siendo una semana difícil. Y acojo el salmo de hoy con alegría. Es un beso del Padre.

Un abrazo fraterno

Firmes en la tribulación, asiduos en la oración (Rm 12, 5-16a)

El día de hoy no ha sido bueno. Tenía que pasarme por la facultad para formalizar la´solicitud de adaptación de estudios pero no ha podido ser. Por la mañana lo intenté desde el ordenador de casa: error. Pensé que era el ordenador. Por la noche lo intenté desde el portátil: error. Acabé asqueado. Mañana tendré que ir porque acaba el plazo. A ver qué pasa… No estaba preparado para estas dificultades. Se me ha venido el mundo encima. Acabé muy agobiado, pensando que no había valido la pena cambiarme de universidad, que vaya rollo, que ya verás a ver cuántas me convalidan… me vino a la mente todo lo malo… lo más doloroso de mi realidad estudiantil.
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Hoy esta frase de romanos la hago mía: firme en la tribulación. Porque me conozco. Porque me sé frágil en cuanto a motivación y constancia. Porque necesito rodar. Porque me vengo abajo fácil. Porque necesito mantenerme firme, firme en mis objetivos… Ya veremos… Por lo de pronto, oro… aunque no lo tengo nada claro…

Con esto me acuesto, Padre. Acógelo, acógeme.

Un abrazo fraterno