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¡Que sí! ¡Que todavía vive! (Juan 20, 2-8)

Cuando leí el evangelio de hoy me quedé un poco frío. ¿Qué pintaba este pasaje de la resurrección de Jesús en medio del recién comenzado tiempo de Navidad? Decidí leer alguna reflexión que me alumbrara y me encontré esta en www.catholic.net: «Pedro y Juan en el sepulcro«. Me iluminó.jesus_muñeca

¿Qué celebramos exactamente en Navidad? No tanto que Cristo nació en Belén hace 2000 años como que sigue naciendo, creciendo y estando vivo en hombres y mujeres de hoy. Celebramos que, tras su resurrección, Jesús no sólo ha nacido sino que ¡sigue vivo! El matiz es importantísimo.

El Espíritu está suscitando alrededor multitud de iniciativas. Yo me mantengo alerta y voy meditando todo en el corazón. En algún momento, intuyo, se me pedirá una respuesta más contundente. Mientras, camino poco a poco.

Un abrazo fraterno

Se acerca vuestra liberación (Lucas 21, 25-28. 34-36) – #Adviento día 1

adviento-despiertaEsta es la noticia: la liberación.

Esta es la Buena Nueva: nos ha nacido un Salvador.

A veces lo perdemos de vista. Bien por el Belén; bien por el buey y la mula, bien por José y María, bien por la pobreza, por la cueva, por el ángel… Bien por los Magos, la estrella, los pastores… Bien por las puertas cerradas, por el establo, por la paja y por el censo… Bien por las luces, la fiesta, la esperanza… Bien por la espera pero… ¿QUÉ ESPERAMOS?

¿Por qué es Buena Nueva el nacimiento de Jesús? ¿Eres capaz de decírmelo? ¿eres capaz de expresarlo, de comunicarlo ordenadamente, con claridad, desde la convicción? ¿Por qué es una gran noticia lo de Belén? ¿En qué cambia mi vida? ¿Por qué lo celebro?

Y en mi oración de este primer día de Adviento me he quedado dando vueltas a todo ésto tras encontrarme con esta frase: «se acerca vuestra liberación». ¿De qué estoy preso? ¿Qué me quita libertad? ¿Qué me la pisotea? ¿Y qué nivel de angustia me provoca todo esto?

Con la Navidad, la Iglesia revive cada año este «venir al mundo» de Dios, este «hacerse hombre», para que no perdamos de vista ésto: hemos sido salvados. Hemos, y somos, sido amados hasta el extremo. Dios ha querido tocarme con sus mismas manos, mirarme a los ojos, embarrarse conmigo en los fangos de la vida… para rescatarme, recuperarme, rehabilitarme… paa conducirme al Padre eternamente.

Un abrazo fraterno