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15 personas muertas en Ceuta… ¡NUNCA MÁS! #seamosclaros

Estaba a punto de empezar a escribir el post desde el Salmo de hoy, a punto de escribir sobre mis preocupaciones y mis consuelos, y me sentí tan mal… mirándome al ombligo y participando de ciertos silencios aterradores… que decidí ponerme a lo que me salía del corazón. Que el Señor dé luz a todo esto y acoja este grito con misericordia y benevolencia.

Quince muertos en Ceuta.

QUINCE HERMANOS. QUINCE PERSONAS. Quince hermanos, padres, madres, hijos, amigos… Quince vidas dignas, valiosas y únicas. Quince estrellas más en el cielo.

NO AL DEBATE POLÍTICO. NO a convertir a estos hermanos es moneda de cambio, en búsqueda de votos, en titular de periódico, en argumento de Estado, en columna de opinión… NO a hablar de Europa, de fronteras, de verjas, de seguridad, de inmigración… con los cuerpos aún calientes, o fríos; NO sin haberlos llorado, NO sin pedir perdón, NO sin bajar la vista avergonzados…

¿DÓNDE ESTAMOS TODOS? No es un asunto solo del Gobierno. No es responsabilidad de la Guardia Civil, de Protección Civil… ¿Dónde estamos todos escondidos? ¿Nos ha pillado a pie cambiado? ¿Tal vez entretenidos en el fútbol, comiendo en el centro comercial, comprando un smartphone en el Media Markt, quejándonos tras una pancarta por nuestros derechos, trabajando, comiendo chuches en el sofá con los niños?

LA IGLESIA DEBE LEVANTAR LA VOZ. Debe ser profeta. Denunciar. Clamar al cielo. Salir a primera fila. Con una mano rescatando al hermano en el agua y con la otra, señalando con el dedo a los que tienen el deber primero de evitar muertes inmorales. Yo soy Iglesia y levanto mi voz. Necesito la tuya. Y la del otro. Y la del otro… Uniéndonos a las voces de tantos que ya la han levantado, a las manos de tantos que ya han salido al auxilio del prójimo.

15 personas muertas en Ceuta… ¡NUNCA MÁS!

Un abrazo fraterno

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Tu vara y tu cayado me sosiegan (Sal 22)

Hoy han muerto muchas personas en un accidente aéreo en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Estoy encogido. Mi oración no puede ser más que tener presente a toda esa gente que murió sin esperarlo y a sus familiares, amigos y conocidos cuyas vidas acaban de ser golpeadas de manera brutal.

No hay consuelo posible. Pero sé que, de alguna manera u otra, Dios acompaña a todos ellos en su dolor aunque ellos no lo sepan. Y para muchos este salmo de hoy será un necesario soplo de valor y paz.

Un abrazo fraterno