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Añadid a vuestra fe… (2Pe 1, 1-7)

Pedro dice una cosa hermosísima: que estamos llamados a participar del mismo ser de Dios. Pero para ello dice que la fe no es suficiente sino que se necesitan más ingredientes en la tarta: honradez, criterio, dominio de sí, constancia, piedad, cariño fraterno y amor. Es realmente de dificultad alta esta receta que nos presenta el «arguiñano» Pedro.

Y ante eso hay pocos caminos: podemos elegir el camino fácil y contentarnos con una fe, en mi casa heredada y aprendida o intentar trabajar esa fe heredada, hacerla crecer y madurar, mirarme al espejo, saber quién soy, ser honesto conmigo mismo, ser constante en mi crecimiento y con todo eso amar más y mejor.

Esto, sin duda, es más difícil. Pero el plato resultante es como maná en el desierto…

Un abrazo fraterno

Yo soy el pan de la vida (Jn 6, 30-35)

Soy de los que no saben comer sin pan. Me falta algo. No sé cómo acompañar los platos. Es algo absolutamente imprescindible en mi «dieta». Cuando Jesús viene y se equipara con el pan, a mi no hace otra cosa que surgirme hasta qué punto no se vivir sin Jesús. Hasta qué punto me falta algo. Hasta qué punto no se acompañar las circunstancias que me rodean. Hasta que punto, Jesús, es imprescindible.

Jesús, alimenta mi vida.

Un abrazo fraterno