Se me conmueven las entrañas (Os 11, 1-4.8c-9)

Mi oración de hoy, inspirada por estas impresionantes palabras de Dios, clama al Padre ante los dramas humanos que cada día inundan nuestras televisiones. Las historias de las pateras, de los inmigrantes muertos en el mar, no cesan. Se siente ese silencio de Dios tan inquietante ante estas catástrofes.

Pero Dios no calla. Habla. Y hoy lo hace de manera clara. A Dios se le rompe el corazón. Él mismo lo dice. Dios se inclina ante el hombre, ante el sufriente, y le da de comer. Encolerizado responde con amor. Dios no calla. Su tristeza es su gran grito.

Me parece cojonudo que en el Congreso se aprueben los derechos de los primates. Seguro que a partir de ahora a ningún mono se le toca el pelo. Han tenido más suerte que algunos…

Un abrazo fraterno

Es tiempo de consultar al Señor… (Os 10, 1-3.7-8.12)

… hasta que venga y llueva sobre vosotros.

Así acaba la Palabra que el señor me dirige hoy a través del profeta Oseas. Es tiempo de consultar… Es tiempo de consultar… No parece tiempo para producir, ni para fructificar. No parece tiempo para pelear ni para luchar. Siento que es así. Es tiempo de consultar…

El sábado por la mañana me juntaré con toda mi comunidad para pasar dos días de retiro juntos en una casita en la sierra de Madrid. Es tiempo de consultar. Es tiempo de orar. Es tiempo de escuchar. Ojalá escuche porque lo cierto es estos tiempos me incomodan. Me siento raro. No sé qué hacer, para dónde ir, en qué gastar mis fuerzas. No tengo claro a qué se me llama, dónde se me requiere.

Es tiempo de consultar al Señor y esperar que su agua empape, me empape, nos empape. Esto es lo que toca vivir ahora y de lo bien que lo haga dependerá cómo empiece el tiempo próximo.

Un abrazo fraterno

Tienen boca y no hablan (Sal 113B)

En el periódico de hoy leí una columna que me llamó la atención. Las líneas versaban sobre la doblegación actual de los ciudadanos, de la individualidad, ante el Estado y los conceptos grupales: pueblo, nación, raza… sobre todo en Europa, en las democracias del Viejo Continente. También afirmaba que la democracia, que es un sistema mejor que muchos de los que le precedieron, estaba empezando a ser un concepto bajo el cual todo cabe, todo lo que no sean críticas al propio sistema y al Estado.

Y leyendo el Salmo… me he estremecido un poco. Siento la certeza de que estamos bastante adormecidos, anestesiados y doblegados ante muchas trampas del sistema que nos ha tocado vivir. Hay sed de profetas. Y a lo mejor no sólo de profetas «morales» que inviten a reconsiderar comportamientos sino de profetas «civiles» que comiencen a despertar en las personas cierta inquietud y preocupación ante determinadas actuaciones estatales, macroestatales, etc. Y no se trata tanto de crear un grupo para luchar contra el grupo sino de tomar conciencia de mi valor como persona y ciudadano, de mis obligaciones, de mis derechos, de mis valores, de mis principios.

Uf, no sé… Es un poco complicado pero en mi interior me entiendo a mi mismo. Pero lo que hace falta es gritarlo de una vez.

Un abrazo fraterno

Le hablaré al corazón (Os 2, 16.17b-18.21-22)

Hoy he vivido una tarde muy hermosa. Estoy en Cáceres por cuestiones de trabajo. Es la primera vez que vengo aquí. Fue un descubrirse mutuo realmente bonito. Después de las horas cansadas del trabajo decidí abandonar el hotel a pie y dirigirme expectante a ese famoso casco histórico de la ciudad, mapa en mano. Crucé puentes, paseé arboledas, admiré detalles de la cotidianeidad cacereña y, después de haberme comprado un kilo de ricas picotas y mientras las comía como si fueran pipas, llegué a la Plaza Mayor, antesala introductoria de lo que estaba por llegar. Es difícil adjetivar con palabras lo que ni los ojos han sido capaces de procesar en toda su grandeza. Piedra. Historia. Belleza austera. Sin duda, uno de los lugares más románticos por los que he paseado nunca.

Y es hoy cuando me encuentro esta apasionada palabra del Padre. Hoy Dios ha estado especialmente romántico, como si hubiera paseado Cáceres a mi lado (seguro que lo hizo). Y trae a mi corazón la necesidad de vivir esta pasión también en mi relación con Dios. La óptica paternal la vivo. También la creadora, la protectora, la óptica desde la amistad… ¡Pero qué óptica más maravillosa esta del amor romántico! Llena la relación con Dios de sueños, de rincones, de pequeñeces, de detalles, de miradas, de secretos, de cierta tontería, de necesaria locura…

Un abrazo fraterno

Esto haces y ¿me voy a callar? (Sal 49)

Cuando se escucha una cosa, cuando se predica la misma cosa y a la hora de actuar se hace justo lo contrario… hay un problema. Un problema del que hay que hacerse consciente, que hay que reconocer y que hay que afrontar. Aunque realmente no apetezca, aunque no guste. Porque gustar no gusta. Reconocer las propias incongruencias, darse cuenta de las propias incoherencias… es duro y doloroso.

Dios no se calla ante nuestras incoherencias. Creo que somos nosotros los que acallamos su voz. No queremos oír su voz a través de hermanos, de amigos que nos conocen y nos rodean. No queremos escuchar su voz en el silencio y en el retiro. No queremos enfrentarnos con su espejo salvador. Dios no se calla por reprochar sino por salvar. Este es el matiz que hay que descubrir. Dios no se calla porque nos acuse sino porque nos ama.

La comunidad, lugar privilegiado para escuchar la voz de Dios.

Un abrazo fraterno

He combatido bien mi combate (2Tim 4, 6-8.17-18)

No suelo escribir en el blog en domingos, no suelo hacerlo los fines de semana. Pero acaba de comenzar una semana de vacaciones después de varias de mucho trabajo, de muchos cambios, de mucho esfuerzo… y me apetecía reaparecer para mi mismo.

Elegir el buen combate es un tema recurrente en ese libro de Paulo Coelho que tanto me gusta: «Manual del guerrero de la luz». Elegir el buen combate… No todas las batallas son para mi. No estoy llamado a todas las luchas ni los dones que me han sido regalados sirven con utilidad al Reino en todos los frentes y ante todos los enemigos.

¿Cuál es el gran combate al que soy llamado a luchar? Todavía estoy en tiempo de preparación y aún estoy afilando mis armas. Todavía creo que el Señor no ha enseñado todas su cartas para mi. Pero desde luego voy intuyendo cosas. Y lo que un día se intuye no se puede olvidar…

Un abrazo fraterno

Esperad y apresurad (2Pe 3, 12-15,17-18)

¡Qué manera de empezar! ¡Parece contradictorio si se lee rápido! Es como si Pedro me pidiera que meta primera y quinta a la vez. Es como si me dijera que me deje querer y a la vez que me lance. Es como me pidiera que agote la posesión y, a la vez, que haga un ataque rápido.

Pero no. Creo que es muy sabio lo que me plantea Pedro hoy. Dos verbos que, juntos, son brutales. Esperar que Dios me abra puertas y, a la vez, apresurarme en encontrar mi sitio. Esperar el amor y apresurarme a amar. Esperar un mundo mejor y, a la vez, apresurarme a construirlo. Esperar que pueda cambiarme y conocerme y, a la vez, apresurarme y dedicarme tiempo.

Saber que la esperanza es una virtud y que, a la vez, no hay tiempo que perder.

Un abrazo fraterno

Añadid a vuestra fe… (2Pe 1, 1-7)

Pedro dice una cosa hermosísima: que estamos llamados a participar del mismo ser de Dios. Pero para ello dice que la fe no es suficiente sino que se necesitan más ingredientes en la tarta: honradez, criterio, dominio de sí, constancia, piedad, cariño fraterno y amor. Es realmente de dificultad alta esta receta que nos presenta el «arguiñano» Pedro.

Y ante eso hay pocos caminos: podemos elegir el camino fácil y contentarnos con una fe, en mi casa heredada y aprendida o intentar trabajar esa fe heredada, hacerla crecer y madurar, mirarme al espejo, saber quién soy, ser honesto conmigo mismo, ser constante en mi crecimiento y con todo eso amar más y mejor.

Esto, sin duda, es más difícil. Pero el plato resultante es como maná en el desierto…

Un abrazo fraterno

¿Qué quieres que haga por ti? (Mc 10, 46-52)

Me es realmente complicado elegir hoy una frase de las lecturas sobre la que centrar la oración. La primera lectura es maravillosa toda ella. «Piedra viva» me llama. ¡Qué bonito! Nunca había deparado en tal piropo.

Tal vez responda eso a la pregunta del Señor en el Evangelio. Muchas veces nos preguntan «¿Qué harías si te tocara la lotería?». Esto es mejor. Va más allá. La pregunta de Jesús es directa e insuperable. Me imagino a Jesús delante preguntándome eso y me acongojo. Me daría miedo no elegir lo más importante, dejarme cosas, no saber qué responder… Y aunque mi cabeza me dice que Jesús no emitiría juicio alguno sobre mi respuesta, mi vivir entre hombres me deja el resquemor de sentirm juzgado en la respuesta…

Tal vez lo de la piedra viva no es mala respuesta. Ser piedra primero, Señor. Ser fuerte, robusto y, a la vez, erosionado por los acontecimientos y las personas. Ser piedra, sillar de construcción. Tal vez no ser piedra de fachada sino sillar de pilar, de contrafuerte. Y, segundo, ser vida. No ser uno más del paisaje. Sentir. Respirar. Sufrir. Disfrutar. Generar. Suscitar. Soplar. Acariciar. Apoyar. Enjugar. Abrazar. Amar. Ser.

Tal vez esa sería mi respuesta siendo consciente de lo que me falta para ser piedra y de lo que todavía no soy capaz de vivir.

Un abrazo fraterno

Habéis vuelto a nacer (1Pe 1, 18-25)

Esta frase de la carta de Pedro me ha recordado hoy a un texto de Borges que me encanta y que muchas veces releo. Si volviera a nacer… ¿Cómo plantearía la vida si volviera a nacer? Ufff… tendría que pensarlo. No lo tengo claro. Seguro que no cambiaría muchas cosas. Lo que sí tengo claro es que si volviera a nacer querría que fuera en la misma casa, con la misma familia, fruto del mismo amor. Y luego hay otras cosas pero… necesito pensarlas un poquito… Os dejo el texto de Borges.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida

En la próxima trataría de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto.

Me relajaría más.

Sería mas tonto de lo que he sido,

de hecho tomaría muy pocas con seriedad.

Sería menos higiénico.

Correría mas riesgos, haría mas viajes,

contemplaría más atardeceres,

subiría más montañas, nadaría más ríos.

Iría a más lugares donde nunca he ido,

Comería mas helados y menos habas,

tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que viví sensata y prolíficamente cada momento de su vida,

claro que tuve momentos de alegría.

Pero si pudiera volver atrás

Trataría de tener solo buenos momentos.

Por si no lo saben de eso está hecha la vida,

solo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que no iba a ninguna parte sin un termómetro,

una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.

Si pudiera volver a vivir,

viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir,

comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera

y seguiría así hasta concluir el otoño.

Y jugaría con más niños,

si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya ven,

tengo ochenta y cinco años

y sé que me estoy muriendo.

Jorge Luis Borges