MR 51

– ¿Cómo un cura puede llevar esa coleta? – me preguntó una señora de las de siempre, sentada a mi lado en uno de los últimos bancos de la abarrotada iglesia.

– ¿Por qué no? – le pregunté.

– Porque eso nunca se ha visto… – me espetó indignada. – Así va la Iglesia… con estos curas modernos…

Sonreí pensando que si esa señora hubiera vivido en la Jerusalén de la época y se hubiera cruzado con Jesús… se hubiera hecho cruces y habría cruzado de acera…

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