Que pueda ver (Marcos 10,46-52)

Qué importa es conocerse a uno mismo y saber hacer un diagnóstico más o menos claro de quién soy hoy. El ciego recobra su vista porque sabe qué necesidad tiene y se la presenta a Jesús. Eso es lo que le cura: saber qué necesita y creer que Jesús puede ayudarle a cubrir esa necesidad.

No es fácil tenerlo tan claro como Bartimeo. A mi me cuesta muchas veces. A veces me siento inseguro en este diagnóstico y aunque he avanzado mucho en autoconocimiento todavía me queda un largo trecho. Lo que estoy seguro es de la segunda parte: Jesús me ayudará a caminarlo.

Un abrazo fraterno. Mañana dejo Alemania y vuelvo a Madrid

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