… se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra… (Gn 6, 5-8;7, 1-5.10)

Padre,

quiero que no te arrepientas de haberme creado. Quiero hacer de mi vida el motivo de tu creación. Quiero que mis actos justifiquen tu decisión de amor de crearme. Mírame y ayúdame. Ayúdame a saber responder a tu sueño primero. Enséñame tus caminos. Endurece mis músculos para no desfallecer y enternece mi corazón para saber parar ante el que lo necesita.

Padre, ¡que el regalo de la vida que me diste esté siendo agradable a tus ojos! ¡No te fijes en lo malo! ¡Sé condescendiente conmigo!

Gracias, Padre, por haberme creado.

Un abrazo fraterno

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