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… y vuestro frute dure (Jn 15, 9-17)

Tal vez sea ésta la parte de la frase a la que menos atención he prestado siempre. Lo de que Él es quien me escoge me mola mogollón. Lo de que tengo que «ir» también lo pillo y lo interpreto. Lo de que hay que dar fruto está claro aunque ya va subiendo la dificultad y esta última puntilla es ya para usuarios avanzados. ¿Cuántos proyectillos de toma pan y moja? ¿Cuántos proyectillos «calmased»? ¿Cuántas misioncillas sin calado? ¿Cuánto tiempo, energía y dones desperdicio en cositas que no van a durar demasiado? Que no duran…

Esta faceta ya no es cosa de Jesús sino mía. Es como lo de preparar la tierra antes de sembrar. Preparar la tierra y al sembrador diría yo. Vale la pena gastar tiempo en crecer. En conocerse. En madurar. En ganar en consciencia. En ganar en fraternidad. En ganar en tejido. Ese tiempo gastado en todo eso será el que garantice que el fruto sea duradero…

Miro las petunias casi recién plantadas que tengo en mi balcón. Y creo que hay muchas que no llegarán a nada. Las sacamos al balcón demasiado pronto. Llegaron las lluvias y los vientos y las débiles raices no soportaron el fragor…

Un abrazo fraterno

Dándole gracias (Lc 17, 11-19)

Soy consciente, y creo decir verdad, que si estoy plenamente convencido de que Dios, mi Padre, no me envía enfermedades ni sufrimientos ni catátrofes… tampoco me «manda» subidas de sueldo, aprobados ni loterías ganadas. Creo que Dios acompaña. Siempre. Pero independientemente de esto hoy me surge un sentimiento de gratuidad. He firmado esta misma tarde las condiciones de mi nuevo puesto de trabajo, un puesto mejor y que, además, me gusta más. Es un puesto que he alcanzado con mi trabajo, mi esfuerzo y mis capacidades pero es innegable que yo no «soy» solo. Mi ser no es sólo mío y mis decisiones, mis resultados, mis frutos… son consecuencia inevitable de todo y todos los que me ayudan a ser cada día.
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Yo soy yo y soy Dios y soy mi mujer y soy mis hijos y soy mi comunidad y soy mis padres y mi hermano y soy mi entorno y soy mis compañeros de trabajo y soy lo que vivo y lo que dejo de vivir y soy lo que decido y soy lo que elijo… No sé… No sé si me estoy explicando pero yo me entiendo.

Hoy es día de dar gracias, de sentirme acompañado en la satisfacción, de saber que no he llegado aquí solo, de hacerme conscientes de los pasos dados.

Un abrazo fraterno