Caminemos a la luz del Señor (Isaías 2, 1-5) – Adviento en familia 2011 día 2

Este año nos fuimos Juan, Inés, Álvaro y yo a comprar lo necesario para montar la Corona de Adviento familiar. Apostamos por un diseño atrevido, nuevo y rompedor con la clásica imagen de Corona que veníamos haciendo últimamente. Y ayer encendimos por fin la primera vela.

El Adviento comienza a andar y siguiendo sus huellas llegaremos a uno de los misterios cruciales de nuestra fe: Dios se hace uno de nosotros y decide nacer en un establo, entre los más humildes, y siendo totalmente dependiente del amor de sus seres más cercanos.

¿Por qué ponemos la Corona? Siempre he pensado que la mejor manera que tienen los niños (y los adultos) de adentrarse en ciertas cosas es viéndolas, oyéndolas, oliéndolas… Ellos saben que el Adviento es el tiempo que nos lleva a Navidad, que dura 4 semanas, que la vela encendida es un signo de otra cosa más imperceptible, que una fragancia inunda la casa y que eso es bonito y especial. No hace falta mucho más. Ojalá todos viéramos en estos días una oportunidad de caminar a la luz del Señor.

Un abrazo fraterno

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