Día 5 #Cuaresma2017 #notentarásalSeñor

Tentación… ¡la mala de la película! Ser tentado… ¡signo de fragilidad! ¿No os da la sensación de que muchas veces pensamos que es malo ser tentado, tener tentaciones? ¿No pensáis que se nos ha quedado la idea de que «los buenos», «los santos», no tienen tentaciones? Es como si fueran almas puras y casi divinas… y como si los que somos tentados, lo somos precisamente porque el mal nos habita dentro. Pues leo el Evangelio de hoy y saco conclusiones bien distintas:

  1. «Jesús fue llevado por el Espíritu para ser tentado». La tentación forma parte de nuestra vida espiritual y de fe. Jesús, el mismo Maestro, fue tentado. No sólo fue tentado sino que fue llevado por el Espíritu. ¿Querrá esto decir que la experiencia de ser tentado es parte del camino hacia Dios?
  2. «al desierto». Es en nuestros límites existenciales, en la experiencia de abandono, de soledad, de dolor… donde se producen nuestras tentaciones más profundas. Es en el silencio de nuestro corazón y a veces a causa del silencio de Dios en la vida y en el mundo.
  3. «después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches». Curioso que la tentación se produzca en esta auténtica experiencia espiritual de Jesús. Curioso que sea al final cuando llega la tentación. ¿Por qué no al principio? ¿Por qué no la tentación de abandonar, de salir del desierto, de regresar? Tal vez porque la tentación siempre llega a la par de una necesidad y porque ataca con más fuerza cuanto más cerca esté la victoria de Dios.
  4. «Si eres Hijo de Dios…». La tentación viene tantas veces disfrazada de bondad espiritual… También hay tentaciones más vulgares y obvias pero se las ve venir. El problema es cuando somos tentados justo desde el argumento de la fe, de la verdad, de la bondad… ¡Terrible tentación! La tentación de utilizar mi «ser hijo»…
  5. Las tres peores tentaciones: perder la confianza en la Palabra, tentar a Dios y convertirlo en nuestra marioneta y la idolatría a otros dioses. Qué tentaciones tan profundas, tan escondidas… cuidado, cuidado… a ver si nos estamos equivocando de foco…

En fin… que benditas sean las tentaciones si me ayudan a mirarme dentro, a purificar mi corazón, a disponerme a seguir a Jesucristo con mayor verdad.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

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