Lo que teníamos que hacer (Lucas 17, 7-10)

Es un poco duro decirlo porque le damos a Jesús, a Dios mismo, ese cariz de exigencia que, no sé por qué razón, parece apartarse de la imagen amorosa y buena que queremos de Dios. Forma parte de esa visión flowerpower de ser seguidor de Jesús. Jesús es exigente y cuando uno decide tenerlo como modelo hay que asumir que hay cosas que HAY QUE HACER.

Es también una buena lección de humildad ya que a veces me engrandezco pensando en las cosas que hago y a las que dedico mi tiempo, me glorío de mi dedicación a construir Reino. Jesús hoy, con una sonrisa serena, me mira contento, me da una palmadita y me dice: «Muy bien… gracias por hacer LO QUE TENÍAS QUE HACER».

Un abrazo fraterno

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