PASCUA DE RESURRECCIÓN

Acabo de llegar de la Vigilia Pascual con los jóvenes que se juntaron estos días en Getafe un año más. Un año más vibré con ellos, con mucha gente a la que quiero. Vibré con esos cantos que, no por sabidos, dejan de ponerme los pelos de punta y de infundirme mucha, mucha energía en esta Fiesta.

Dios vive, sin duda. Dios vive en mi, lo siento. Dios vive a mi alrededor, lo huelo, lo oigo, lo toco… En las risas de mis niños, en sus progresos, en sus batallas, en sus abrazos… Vive en Esther y en su capacidad para entregars, para vaciarse, en sus cuidados, en su amor… Vive en mi comunidad, en la palabra de los hermanos, en su apoyo y su vida compartida conmigo… Vive en la Escuela Pía, en su oportunidad, en sus personas con nombres y apellidos, en su carisma intacto… Vive en el olor de las flores y la humedad del ambiente. Vive en la lluvia y en el sol que me roza la piel. Vive en la naturaleza, poderosa. Vive en la entrega de muchos por muchos. Vive en la esperanza de otros. Y en la enfermedad sobrellevada de otros cuantos. No se esconde. Habla. Se aparece continuamente.

Dios hoy coge mi historia y la recrea, una vez más. Dios hoy me grita que me AMA. Jesús RESUCITA HOY.

Un abrazo fraterno

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