Por eso no tememos (Salmo 45) – Martes IV de Cuaresma

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R.

Precioso salmo que me infunde esperanza y paz. Yo vivo con Dios en medio. Dios cuenta en mi vida. Dios está en mis decisiones, en mis opciones, en mis pilares, en mis tiempos, en mis compromisos, en mi familia…

Un paso más en el aprendizaje de vivir descansando en el Padre…

Un abrazo fraterno

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