¿Quién es mi prójimo? – (Lucas 10, 25-37)

Es una pregunta recurrente. Y la verdad es que no sé por qué. Jesús creo que lo dejó clarísimo con su parábola del samaritano. Y también lo dejó claro Benedicto XVI en su encíclica de «Dios es amor«. Mi prójimo es todo aquel que me encuentro en el camino. Todos. No sólo los conocidos. No sólo la familia. No sólo los vecinos. No sólo el pobre de la puerta de la Iglesia. No sólo los amigos. No sólo los hermanos de comunidad. Todos ellos. Sin exclusión. Cualquier hombre y mujer que, en mi camino, me encuentre sufriente, herido, alejado, perdido… es mi prójimo necesitado de ayuda, es mi prójimo, Dios mismo.

Uno de los cambios que experimentó mi corazón y mi mente al leer «Deus caritas est» es la convicción de que, como apóstol de Cristo, estoy llamado más a atender al prójimo concreto que a cambiar las grandes estructuras del mundo. Tal vez lo segundo sea una consecuencia de lo primero. Lo que no tiene sentido es que pase de largo ante un hijo de Dios que sufre porque estoy dedicado a «cosas mayores». Al que tiene hambre, debo darle de comer. Al que está enfermo, debo acompañarle y cuidarle. Al que necesita escucha debo procurarle mi oído y al que no es capaz de caminar, ofrecerle mi apoyo. Aunque tenga que desviarme de mi camino por un tiempo, prima el amor al prójimo. Siempre. Lo contrario es un error. No es lo que enseñó Jesús.

Salgamos a la calle y seamos capaces de mirar y ver. Yo el primero.

Un abrazo fraterno

2 comentarios
  1. osvaldo diaz
    osvaldo diaz Dice:

    En efecto el final es asi pero no debemos perder el eje de la cuestion.
    Jesus fue puesto a prueba. Cual sería es prueba. La clave es la palabra projimo. Ya en la primera pregunta del maestro de la Ley, Jesus le hace responder a él. La prueba estaria en la respuesta que Jesus daría al Maestro de la Ley en cuanto a quien es Mi Projimo. Pues segun la antigua Ley habia una clasificacion de obligaciones respecto a quienes se debia cumplir ciertas Leyes. Basicamente las principales respecto al semejante era indicado cumplir respecto a tu Conciudadano, Extanjero residente, y Extranjero. La pretencion del Maestro de la Ley, era que Jesus ponga esos limites en cuanto quien sería mi projimo, El Conciudadano, el Extranjero pero residente, excluyendo al extranjero. Luego el amor tendria limites. Sin embargo con la Parabola del buen Samaritano Jesus logra extender la Ley a todos, y consigue que quien lo diga sea aquel quien quería ponerlo a prueba. ¨Aquel quien ayudo¨ Ni siquiera respondio El Samaritano(pues esto seria responder el Extranjero). Es tacito que el hombre asaltado era un Israelita, asi como El Sacerdote, y El Levita Residente(quien ayudaba en la celebracion), no asi el Samaritano Extranjero. Cual de estos tres se hizo Projimo del hombre que fue asaltado?La respuesta intuitiva del Maestro de la Ley extiende al Extranjero, Pues El Sacerdote y El Levita ya lo eran segun la Ley.
    Una vez mas Jesus extiende la Ley, No la cambia ¨No he venido a cambiar la Ley¨

    Responder

Trackbacks y pingbacks

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *