Roma (3) – Oración frente al fundador y gelatto vaticano

La tarde empezó pronto y aunque los pies empezaban a resentirse… no paramos. A Ángel casi se lo come un caballo tirando de una carreta en Via Corsso pero recuerdo la tarde especialmente por varios momentos impactantes, todos relacionados con iglesias.

La visita al Gesú, templo madre de los Jesuitas donde tienen enterrado a S. Ignacio, me impactó. Es verdad que es el poder hecho iglesia pero sentí que estaba delante de algo grandioso, de personas grandiosas que hicieron de mi fe y de mi religión algo grande en una época de la historia hasta hoy. Allí pude estar ante la tumba del luchador Ignacio de Loyola, frente al cual está el altar donde se venera un brazo de S. Francisco Javier. Y Ángel y yo nos sentamos precisamente en un banco que estaba sobre la lápida del cardenal Tonti, famoso en la historia de Calasanz.

La visita central de la tarde fue a la escolapia iglesia de S. Pantaleo. Por la mañana habíamos estado en la casa pero la iglesia estaba cerrada. Allí estaba Adolfo que me concedió el privilegio de abrirme la verja que daba a la auténtica tumba de Calasanz, un espacio humilde donde quise orar. Me surgió y lo necesitaba. No podía irme de allí simplemente con la anécdota. Y traje a mi comunidad y mi vocación. Pero sobre todo traje a mis hijos y le pedí al Santo luz para educarlos en la fe y para ayudarlos en su discernimiento vocacional por si alguno en algún momento se sentía llamado a la Escuela Pía. Y sentí que me ponía en buenas manos.

La tercera visita, tras la genial exlicación de Ángel sobre la fuente de Bernini de Piazza Navona, fue a la iglesia de Sta. Inés, lugar donde fue martirizada. Me resultó especial por eso de tener una hija llamada Inés. Fue otra manera de traer a la peque y ponerla delante de Dios y orar por su vida.

Y luego por los Foros Imperiales: la famosa columna de Trajano, el arco de Constantino y el impactante Coliseum donde nos sentamos a descansar. Momento Quelle. Yo empezaba a no poder más. Mis pies empezaban a quejarse pero todavía había que hacer camino hasta el Vaticano. Cruzamos por el puente de Sant’Angelo y allí nos encontramos a Roberto Arce, el periodista que presenta los telediarios de Antena 3. Y a monjas y a más monjas… Enfilamos Via della Conciliazone pero aunque estaba más despejado no pudimos llegar a la Plaza de S. pedro. Una cola inmensa aguardaba para venerar los restos del beato así que tuvimos que desistir y hacer la última gran parada del día: Old Bridge, una de las mejores gelatterias de Roma. Creo que hicimos cola durante más de 20′, durante los cuales pudimos ver un desfile asombroso de todas las especies religiosas del mundo. A destacar la comitiva monjil tipo Sister Act y en número superior a 20 que hacían la curva de los museos vaticanos… El gelatto elegido fue de menta, chocolate y vainilla. Foto y envío a la familia. Llamamos a Pili y la animamos a venir… ja, ja, ja… y a Ángel ¡casi lo atropella el autocar de la Juve!

Llegué a Monte Mario muy contento., enamorado de Roma y a la expectativa de mañana, del encuentro de bloggers en el Vaticano. Ya os contaré. Recordad que lo podéis seguir en Twitter con el hashtag #vbm11.

Me voy a ir a dormir con los pies destrozados pero feliz y muy agradecido a Ángel. Lleno de Calasanz y de Iglesia.

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