Será perseguido… (II Timoteo 3,10-17)

Más claro agua: «el que se proponga vivir piadosamente en Cristo Jesús será perseguido«… La cruz…

A veces creo que si no somos suficientemente perseguidos es porque algo está fallando. No es buscar el masoquismo inútil de querer que nos crucifiquen. Ya murió el Señor en la cruz por todos nosotros. Tampoco es buscar el flagelamiento o, incluso, el martirio mal entendido que nos hacer sentir especiales y diferentes al resto… por encima de ellos… No, no es eso. Yo me refiero a la persecución lógica de aquel para el que eres incómodo, de aquel al que denuncias, de aquel al que le pones enfrente de su injusticia, de su mentira… La persecución de los Herodes Antipas, de los escribas endiosados, de los cobardes poderosos que sigue habiendo en el mundo de hoy.

¿Qué pasa si a mi no me persigue nadie? ¿Estoy haciendo algo mal? ¿De verdad es una virtud llevarse bien con todos, no tener enemigos? De verdad… ¿no irá algo mal? Es más, ¡nos molesta que nos persigan, que se metan con nosotros! ¡No queremos que haya políticos, artistas, periodistas… que nos machaquen, que nos acorralen, que nos aúllen como lobos en la nuca! Nos revolvemos. Nos sentimos indignados eclesialmente… ¿Es que no tenemos claro ésto? ¿Es que todavía no nos hemos enterado de qué va esto de Jesús?

Yo algo estoy haciendo mal, sin duda. Algo mediocre debo ser. Flojo. Calculador. Midiendo consecuencias. Con miedo. Algo estoy haciendo mal…

Un abrazo fraterno

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