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Antes muertos que sencillos… (Mateo 11, 25-30)

Esto de que los sabios y entendidos no sean los primeros en todo… escuece. Escuece que la gente, el pueblo, los feligreses de a pie, la gente sencilla y pobre… sea la favorita, la elegida, la prioridad. No sólo es que Jesús se vuelque con ellos sino que afirma que ellos guardan la misma esencia de Dios en su interior.

Jesús, al contrario de la imagen que muchos tienen de Él, era manso y humilde ante la voluntad de su Padre pero sembró revuelta y discordia en la sociedad religiosa de su época. Puso patas arriba mucho de lo establecido, cuestionó duramente a los pastores y no dudó en comer y acompañarse de pecadores. Las consecuencias todos las sabemos.pequeñez

La Palabra de Jesús me cuestiona enormemente en el día de hoy. Porque en el fondo soy soberbio, creído, autosuficiente. Juzgo duramente el trabajo y las capacidades de otros… soy un sabio del momento. Me pasa en casa, con mi mujer, en el AMPA, en la Fraternidad… esta convicción de que nadie lo haría como yo lo hago. Y ¡zas! ¡En toda la boca! Jesús me abraza, porque sabe cómo soy, y me dice que no, que no, que este no es el camino. Me recuerda que cuánto más pobre, más humilde, más dócil… más fácilmente entenderé su llamada, su verdad, su camino.

¡Cuántas resistencias! ¡Cuánto ego! El Papa Francisco nos va dejando también, día a día, material de conversión. Su palabra se está alzando también ante las azoteas del mundo y de la Iglesia, llamándonos a la misericordia, al encuentro, al perdón, a la confianza. Y eso está removiendo los pilares de muchos… Y no es la sencillez y los gestos lo que molestan sino todo lo contrario: la palabra humilde que llama a la pequeñez en un mundo donde, incluso en la Iglesia, creemos saberlo casi todo.

Un abrazo fraterno

Lo recibió muy contento (Lc 19, 1-10)

zaqueo.jpgCuando Jesús le dijo a Zaqueo que deseaba ir a alojarse en su casa… ¿Qué debió pasar por la mente de Zaqueo? La verdad es que no tengo ni idea de qué pensamientos circularían por su mente pero el Evangelio sí hace explícita la emoción generada, el sentimiento nacido: alegría. El gesto de Jesús seguro que ha conseguido más que muchos de los insultos, acusaciones, charlas y rapapolvos recibidos por Zaqueo, jefe de publicanos. Zaqueo no era mucha cosa pero Jesús lo realza, lo levanta, lo «VE», lo ama. Eso cambia el espíritu de Zaqueo. Nunca volverá ya a ser el mismo.

Tengo que aprender de Jesús una vez más. Pocas palabras. Pocas charlas. Alguna pregunta. Muchos gestos. Y mucho mucho AMOR.

Un abrazo fraterno