Nada de estupideces (Efesios 4, 32-5, 8)

Este tipo de lecturas de las cartas de Pablo no me apasionan demasiado porque esto de dar una lista de todo lo que uno tene que ser, perfecto en resumen, es un poco cargante, más que nada, porque es imposible ser todo eso. Pero visto por otro lado, no está mal como aspiración, como meta a la que luchar por llegar.

Lo que me ha llamado poderosamente la atención hoy es lo de nada de sandeces y tonterías, nada de ordinarieces… Eso es afinar… Porque el estilo también cuenta, la educación, el saber estar… Como dice más adelante, hay que caminar como hijos de la luz y eso elimina ciertas actitudes, palabras, posturas, bromas, actividades, etc. de nuestro repertorio diario. Da igual que seamos ingenieros que obreros que camioneros que directivos, que estemos casados, solteros o viudos, que seamos hombre o mujer… A los hijos de la luz también se nos tiene que notar hasta en el «estar en casa».

Un abrazo fraterno

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *