Entradas

El Señor guarda a los peregrinos (Sal 145)

El Señor guarda a los peregrinos.

El Señor guarda y protege a aquellos que buscan y no se conforman.
El Señor guarda y protege a aquellos que se ponen en camino, que salen a los senderos de la vida.

El Señor guarda y protege a aquellos que quieren mirar hacia adentro, que saben que el viaje más difícil es al Misterio que los habita.
El Señor guarda y protege a aquellos que paladean el silencio, el sol en la cara, la caricia del viento… y también el bramido de la tormenta.

El Señor guarda y protege a los que no se acomodan espiritualmente, a los inquietos que se dejan zarandear por el Espíritu.
El Señor guarda y protege a los que se cansan y llegan al final del día satisfechos de sus botas gastadas.

El Señor guarda y protege a aquellos que encuentran su hogar en Él y que se sienten en casa, estén donde estén, si están a su lado.
El Señor guarda y protege a los que aceptan la hospitalidad del otro y se dejan curar las ampollas que la vida ha deparado.

El Señor guarda y protege a los que se saben en misión, a los que bordean precipicios sin todas las respuestas.
El Señor guarda y protege a los que le responden y buscan su voluntad, a tientas muchas veces, pero con pasión.

El Señor guarda y protege a los que no giran la cara ni niegan saludo a aquellos que aparecen en su camino.
El Señor guarda y protege a aquellos que le descubren en rostros ajenos, en fuentes, curvas, senderos y barrizales.

El Señor guarda y protege a los que le aman porque le conocen.
El Señor guarda y protege a los que le conocen porque aman mucho.

El Señor guarda a los peregrinos.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Mi fuerza y mi escudo (Sal 27)

Hoy llegan los chicos al cole. Empiezo el curso con muchas ganas de compartirlo ya con ellos. Nuevos alumnos, nuevas alumnas, nuevas familias. Y con la novedad de ser tutor. Todo un reto.

Quiero poner mi confianza en ti, Señor, que me conoces y me amas. Guíame con tu sabiduría para ayudarles a crecer. Dame fuerzas para resistir cuando el cansancio aparezca. Protégeme del desaliento si hay momentos en los que pienso que no vale la pena continuar.

Pongo en tus manos cada una de sus vidas. Son preciosas. Sé, también para ellos, su fuerza y su escudo. Y ojalá que te descubran ahí, luchando por su felicidad.

Un abrazo fraterno – @scasanovam