Cielo nuevo, tierra nueva (II Pedro 3,12-15a.17-18)

Cuando miro a mi alrededor descubro un mundo dilapidado por el pecado. Cada día hay más personas que sufren hambre, pobreza, carencia de derechos básicos, guerras, injusticias… El panorama en muchos sitios es desolador. En la misma España, donde vivo, la negrura va haciéndose cada vez con más terreno… La gente está cabizbaja, triste, preocupada… y el pesimismo insano empieza a erigirse como vencedor de esta batalla que se está librando.

Yo no me resigno. Son muchas las razones que encuentro para seguir pensando que vale la pena vivir, seguir luchando, pese a todo. Hoy, esta carta de Pedro nos invita a esperar con paciencia y a crecer en gracia de Dios. Una doble cara: esperar y crecer. Un verbo pasivo y otro activo. Hay cosas que no podemos cambiar pero lo que sí podemos es crecer en luz, crecer en gracia, aumentar la talla del Dios que vive en mi, darle más espacio…

Un cielo nuevo y una tierra nueva se nos ha prometido. Incluso para ti, que tanto sufres pensando que ya nada va a cambiar. Un nuevo sol donde se acaben muchos de los malos sueños que hoy te aflijen. Ten esperanza.

Un abrazo fraterno

Tened fe en Dios (Marcos 11, 11-26)

Señor, yo creo en Ti.

Señor, mantén mi fe firme.

Señor, yo sé que nos quieres, que nos amas, que nos cuidas y nos proteges.

Señor, muéstrate en todo tu esplendor.

Señor, vigila mis pasos y dame luz en el camino.

Señor, protégenos.

Un abrazo fraterno

Habéis vuelto a nacer (I Pedro 1,18-25)

Escribo este post ya fuera de tiempo. El día ha tenido trajín y la tarde ha estado llena de cosas.

Volver a nacer… Un tiempo nuevo… Me suena… Siento que estoy viviendo eso. Es una intuición, una percepción… difícil de explicar pero… constato que hay cosas que son nuevas en mi. Y me gustan.

Todo viene de Dios.

Un abrazo fraterno

Casa, hermanos, padres, hijos, tierras… (Marcos 10,28-31)

Ayer contemplábamos la conversación de Jesús con el joven rico y recuerdo mi compartir en mi comunidad comentando que, claro, los que teníamos poco dinero y no éramos ricos pues teníamos menos problema en seguir a Jesús de esa manera tan desprendida. Pero resulta que hoy viene Jesús, intuyendo lo que muchos dirían ayer, y va más allá: dejar casa, hermanos, padres, hijos, tierras… por Él. ¡Buuuffffff! Qué vértigo…

La exigencia de Jesús es toda nuestra persona, sin reservas. Vuelve a insistir en ser Él el CENTRO de toda nuestra vida, acción y amor; el centro de nuestro corazón. Todo por Él. Todo para Él. Todo desde Él.

Está claro que el mensaje está siendo machacón estos días…

Un abrazo fraterno

Luego sígueme (Marcos 10,17-27)

Esta lectura del joven rico siempre me ha generado mucha inquietud. Yo no quiero ser ese joven rico que se marcha triste tras hablar con el Maestro, incapaz de seguirle, incapaz de dejarlo todo por Él. ¡Qué exigente yo con ese joven rico!

Esta semana, el viernes concretamente, tuve una converscaión con alguien que me decía eso: JESÚS EN EL CENTRO. ¿Cuál es el centro? ¿Qué es lo primero? ¿Cuál es el eje alrededor del cual gira todo?

Jesús me pide entero. Jesús me pide todo. Jesús no quiere reservas, no quiere medianías, no quiere mediastintas, no quiere «síperoahorano»… Y tal vez yo tenga que revisar ciertos aspectos… ¡Vamos allá!

Un abrazo fraterno

PENTECOSTÉS – Paz a vosotros (Juan 20,19-23)

«Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.»

Ayer, en el marco de una celebración preciosísima y cuidadísima, se constituyó la Fraternidad Escolapia de la Tercera Demarcación de España. Fuimos 35 laicos y 14 religiosos los que dimos el paso. Qué mejor que hacerlo en la Vigilia de Pentecostés… Allí estábamos matrimonios, solteros, hombres, mujeres, niños, religiosos… profesores, profesionales de otros ámbitos, gente que trabaja en la escuela y gente que no… Cada uno con su función, cada uno con su vocación concreta, cada uno con sus ministerios… pero unidos y arraigados en Calasanz y en Jesús de Nazaret. Así lo quiere el Señor. Que Él Espíritu que ayer se derramó sobre nosotros nos inspire, nos ilumine, nos guíe, nos fortalezca y nos conforte. Y que el Señor haga con nosotros lo que crea oportuno…

… Anochecer… paz… Espíritu…

La paz de Jesús llega en la oscuridad, en la anochecida, con puertas cerradas y miedo, desconcierto, ceguera y parálisis, cuando la esperanza se ha esfumado. Ésta es la situación propicia para la acción del Espíritu tras recibir la paz de Jesús, tras reconfortar los corazones, tras comprobar de manera asombrosa que el Señor sigue vivo, tras encontrarse con Él en lo profundo. En la oscuridad, en la anochecida… llegará la paz y el Espíritu vendrá…

Un abrazo fraterno

Otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras (Juan 21,15-19)

Estoy en uno de esos momentos de la vida en los que eres consciente de que muchas cosas están sucediendo pero no acabas de poner en orden todas las piezas del puzzle. Sé que algo se está construyendo, sé que habrá un antes y un después, sé que hay cosas que no volverán a ser igual y sé todo lo que yo estoy sintiendo, experimentando, creciendo, sufriendo… Es un batiburrillo de pensamientos, sensaciones, emociones que, sí, a veces me desborda.

Me desborda porque la piezas del puzzle no están en orden, porque todavía no veo si esto es un camino a algún sitio o simplemente casualidades, puntos sueltos… cosa que no creo.

Mientras, siento que el Señor está haciendo algo conmigo, algo que desconozco. Es un misterio. Uno más. ¿Por qué yo? ¿Qué saldrá de todo esto? ¿Cómo acabará? ¿Qué frutos dará? Misterio. Misterio. Misterio.

Yo, mientras, intento hacerme con todo esto. No sé si podré. No sé si es lo que tengo que hacer. Rezo y contemplo. El Espíritu está soplando…

Un abrazo fraterno

Estad alerta (Hechos 20,28-38)

Lobos feroces…

Aunque uno viva desde y para Dios no está exento de que los «lobos feroces» aparezcan y destrocen todo lo conseguido. Es más, Pablo da por seguro que aparecerán y por eso pide mucha prudencia y estar alerta.

Esto de vivir alerta no siempre se entiende. Durante mucho tiempo hablando de ésto he percibido que a muchas personas no les gusta esto de prevenir, de hacer sonar las alarmas ante determinadas situaciones. Les parece cenizo, les parece que es tener problemas cuando éstos no existen. Es curioso. Aplicado a todo: los que no quieren ir a hacerse controles médicos de prevención por si le encuentran algo, los que no quieren hablar con su pareja de cómo va el matrimonio ante la sospecha de que no va del todo bien porque parece que la crisis no se le permite a un matrimonio decente, los que no quieren que nadie les acompañe en su camino de fe no va a ser que descubran todas sus incoherencias… No sé… Vivimos en una sociedad a la que no le gusta ESTAR ALERTA. Hay que dar una imagen falsa de seguridad, de perfección… que todo sea muy flowerpower…

Considero que saber disparar las alarmas a tiempo es FUNDAMENTAL, lo contrario es jugar a la ruleta rusa. Las alarmas nos obligan a ser conscientes de lo que vivimos, a observarnos, a conocernos y a poner remedio cuanto antes cuando los lobos feroces aparecen. Construir un gran dique y luego no vigilar si aparecen grietas… suele terminar en catástrofe.

Un abrazo fraterno

Ahora me dirijo a Jerusalén (Hechos 20,17-27)

Precioso el relato de Pablo de la lectura de Hechos de hoy. Es el relato de alguien que se mueve al son del Espíritu, de alguien que no echa el ancla en ningún sitio y que se pone en camino siempre que el Espíritu sopla otro destino. Alguien preocupado por «cumplir con el encargo de Dios», por llegar al final de sus días satisfecho por haber hecho aquello para lo que Dios le hubiera llamado. En definitiva, es el relato de alguien disponible, de alguien atento al Espíritu.

¿Qué puedo aprender yo de Pablo hoy, Señor? Intento plantear mi vida desde esos parámetros: disponibilidad, escucha y valor humilde. Intento responder a mi vocación y no asirme demasiado a lugares, cosas o personas más allá de aquellas fundamentales: mi mujer y mis hijos. No es fácil vivir en este mundo «al margen» de seguridades, comodidades, bienestar… pero lo intento. Ayúdame.

Leo el Salmo y recibo la caricia del Padre, la misma que recibió Pablo y tantos otros antes que yo: Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, / aliviaste la tierra extenuada. Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.

Caricia siempre necesaria. Carga compartida. Camino acompañado. Dios encarga pero no desaparece luego. Dios está. Dios guía. Dios cuida. Pese a la oscuridad a veces. Pese al silencio por momentos. Pese… pese… pese…

Un abrazo fraterno

Tened valor (Juan 16,29-33)

Jesús lo dejó claro desde el día uno de su marcha: en el mundo, tendréis luchas. No era un tipo que viviera en los cielos y que no supiera lo que implicaba anunciar el Evangelio. ¿Quién mejor que Él, crucificado, para advertirnos de lo que traería de sí seguirlo? Luchas. No problemitas, complicaciones, cosillas… no: luchas. Batallas. Guerras.

Y Jesús apeló a la épica, al valor. Yo a veces comparto en facebook o aquí en el blog que activo mi modo épico. Suelo poner algo así como «MODO ÉPICO = ON». La gente se ríe y yo también pero en el fondo de mi ser conozco lo que eso significa y cuando activo el modo épico sé por qué lo hago. Y me pongo la música adecuada y dirijo mi actitud de una manera determinada y me agarro los machos y, realmente, siento que estoy en medio de la gran batalla y que tengo que ser valiente y salir a luchar. El modo épico es fundamental en mi vida…

No soy el único valiente. Conozco mucha gente que sale ahí afuera y deja sus miedos en casa. Conozco a muchos que plantean su día a día desde la promesa de la victoria final. Y conozco a unos pocos, que casi siempre son mujeres, que no es que sean valientes… es que son auténticas heroinas. Son heroinas anónimas que sostienen sus vidas pese a dificultades mayúsculas, a batallas durísimas, a pruebas muy exigentes… Muchas de ellas no creen en Dios o no lo tienen presente pero YO, AL MIRARLAS, LO CONTEMPLO Y DESCUBRO SUS MARAVILLAS EN ELLAS. Otras son la imagen nítida del mismo Dios…

Un abrazo fraterno (os dejo una canción de mis momentos en modo épico… :-))