Entradas

Bendigo al Señor en todo momento (Sal 33)

El viernes pasado fue una gozada y el salmo de hoy me lo trae a la mente de nuevo. Después de trabajar, los viernes termino a las 2, me fui a comer un kebap a un lugar cercano a casa. 10 minutillos de alimentación oriental y luego una idea a la cabeza: ¿Por qué no ir desde Carabanchel Alto andando hasta la Feria del Libro, en el Retiro? Nuna había hecho una caminata tan larga en Madrid pero la afronté con ilusión. Empecé a andar cual Forrest Gump y, a buen ritmo, empecé a bajar por General Ricardos, Oporto, la glorieta de Marqués de Vadillo, el puente de Toledo (aquí llamé a Esther emocionado diciéndole que era la primera vez en 9 años que cruzaba el Manzanares a pie… ¡estas cosas que yo vivo con especial sentido de la trascendencia!), Acacias, Ronda de Valencia, glorieta de Carlos V, cuesta Moyano y ¡Retiro! Descubrí nombres de calles preciosos y curiosos, rincones desconocidos, barrios encantadores, lugares llenos de vida, metros cosmopolitas… pasé por la Casa Encendida, por los Salesianos de Atocha, el lateral del Reina Sofía, me paré en las casetas de libros antiguos, observé a turistas despistados, a sobrios borrachos… Incluse me acordé del 2 de mayo de hace ya más de 200 años en el que el pueblo sucumbió ante el brutal ataque carnicero francés para luego resurgir de su orgullo y dignidad…

walikingmadrid

Fue un momento de reencuentro con mi cuerpo, con mi abandonado cuerpo, compñaero infatigable de camino, tarjeta de presentación inigualable. Llegué a casa cansado, sintiendo la tirantez y la electricidad que corría por cada músculo de mis extremidades inferiores. Las plantas de los pies estaban doloridas y los gemelos inflamados. Cuando toda la maquinaria se enfrió me di cuenta de los pocos encuentros que mi cuerpo y yo habíamos tenido en los últimos tiempos. Y bendije a Dios por sentirlo de nuevo, por sentir de nuevo esa sensación maravillosa de sentirse uno con cada poro de su piel, con cada tendón, con cada hueso…

Lo de la Feria del Libro fue también magnífico. Es encontrar a Dios en la cultura, tras la hoja que pasa, bajo el renglón escrito, en los ojos curiosos de los niños, en la paz del viudo que se encuentra con su amor en su lectura diaria y pausada, en el friki que busca cosas nuevas, en la familia que, junta, se fortalece a la sombra del parque.

Bendigo al Señor por todo ello.

Un abrazo fraterno

en su mente… y en sus corazones (Hb 8, 6-13)

mentevscorazonMe gusta esta dualidad mente-corazón que establece Pablo hablando de la promesa de Dios. Mente y corazón. No llega con vivir la fe y las leyes de Dios desde sólo un ámbito de la persona sino que tienen que vivirse de manera integral. Desde la inteligencia más cerebral hasta la emocional, desde el sentimiento hasta el conocimiento. A dios hay que llegar desde el apasionado flechazo y desde la razón.

Mente-corazón. Razón-fe. Cuerpo-espíritu. Dividir estas dualidades nunca ha resultado y siempre ha terminado en fracaso estrepitoso. Dios nos llama a vivir nuestro «ser cristiano» desde todo lo que somos.

Un abrazo fraterno

Vosotros sois el cuerpo de Cristo (1Co 12, 12-14.27-31a)

Esta lectura de Pablo siempre la he llevado al terreno de los dones diversos en la Iglesia. Diversos, complementarios y todos necesarios. Pero la lectura dehoy es también muy obvia pero no deja de impactarme: yo soy el cuerpo de Cristo. Mis manos son sus manos. Mis ojos son sus ojos. Mis palabras son las suyas. Mi manera de acariciar, tocar, hablar, mirar… son las suyas.

De mi depende que mi prójimo se sienta tocado, mirado, cuidado, amado, escuchado… por Jesús. Sí, de mi depende. ¡Y esto es muy fuerte! Él es todopoderoso. Vale. Pero tal vez nos equivocamos si pensamos que Dios se basta por sí solo. Sí y no.

No sé muy bien cómo explicarlo pese a tenerlo claro en mi corazón. Espero que lo hayáis entendido…

Un abrazo fraterno

Su rostro les pareció el de un ángel (Hc 6, 8-15)

Me han llamado la atención esas últimas palabras del relato de Hechos. Qué curioso. Con lo hermoso que es el salmo y también el Evangelio de hoy… y me voy a quedar con algo que parece muy tonto. Puede que lo sea, no lo niego. Pero hoy me ha llamado la atención. Me rechina en el relato. Me rechina lo poético y hast un poco cursi de la expresión… Me rechina estando el Sanedrín por el medio…

Estaba Esteban tan lleno de Dios que su rostro lo reflejaba. Con eso me quedo. El cuerpo habla. Y el rostro de Esteban y lo hizo y de qué manera. El cuerpo es un gran aliado para esto de tomarnos la temperatura, de vivir cerca de nosotros mismos, de calibrar la profundidad y consciencia con la que estamos viviendo. Y, a la vez, es el primer medio de propaganda de nuestro ser. Difícilmente seré un apóstol de Cristo si mi cuerpo no habla de Él. ¿Hablar el cuerpo de Cristo? Sí. Debe hacerlo. Él mío tiene mucho que mejorar. Estoy un poco dejado. Eso no es de Dios.

Tomo nota.

Un abrazo fraterno