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Dios lo puede todo (Mt 19,23-30)

Hay horas, días, etapas, momentos históricos, en los que cuesta mantener la esperanza. La avalancha de negligencias, maldades, violencias, catástrofes e injusticias es tal que uno querría meterse en alguna cueva y no salir hasta que todo hubiera escampado. La tentación de aislarse está ahí. Es la tentación de no asumir el dolor del mundo, el grito desgarrado de una humanidad que sufre.

Ciertamente no todas las épocas son iguales pero no menos cierto es que siempre ha existido una humanidad sufriente que sólo puede aspirar a las migajas del bienestar de la pequeña parte que parece controlarlo todo, con tal de que no le quiten la hamaca y el entretenimiento.

Son días en los que cuesta mirar al cielo, en los que es más necesario que nunca interpelar a Dios y pedirle que pare esto, que cambie corazones, que insufle vida y que nos libre de tanto mal.

Hoy la Palabra nos trae unas palabras de Jesús que es a lo único a lo que nos podemos agarrar: DIOS LO PUEDE TODO. Aquello que a nosotros nos parece imposible, aquello que a nosotros nos parece inabordable, aquello que a nosotros nos parece que no tiene solución, aquello que parece estar ya muerto para siempre… Dios puede darle la vuelta. Él puede. Lo hizo en Egipto, lo hizo en Betania, lo hizo con la hija de Jairo, lo hizo, en definitiva, con su propia muerte.

Recemos. Pidamos. Confiemos. Dios lo puede todo.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Notoriedad eclesial (Mc 1,40-45)

Cómo nos gusta tener notoriedad. A mí el primero, Señor. No pasar desapercibido. Tener algún pequeño momento de gloria. Ser reconocido. Es como si lleváramos en las venas el gustillo por ser mejores que otros, por ser más poderosos e influyentes.

Tú eras el Mesías y nos enseñas de qué va esto. Por eso te crucificaron, entre otras cosas. Porque no entraste al juego de la notoriedad. Los que esperaban un Mesías canciller, cacique, general de los ejércitos, libertador político, etc. se quedaron con las ganas. Tú sólo sabes de amor, no de notoriedad.

Ayúdanos, Señor. Ayúdame sólo a amar y no a figurar.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Lo que es del César pagádselo al César (Mc 12, 13-17)

Es un tema y un fragmento muy manido éste del César y de la monedita. Pero lo curioso de esto es que hay cosas que nunca cambian y que sigue habiendo intereses en mezclar poder político con poder religioso, en mezclarlo todo y menearlo bien para que llegue un momento en el que ya no se distinga nada…

Hoy en día esto sigue pasando y vemos a obispos encabezando manifestaciones, lanzando campañas y slogans… Yo siempre he despreciado las afirmaciones acerca de que la Iglesia no puede meterse en polítca y que los obispos no son quiénes para opinar de leyes y movimientos sociales. Los obispos son también ciudadanos y forman parte de una sociedad democrática en la que todo el mundo puede expresarse y opinar lo que quiera y donde quiera. Pero es muy distinto a que políticos y obispos acerquen intereses y que todo se convierta en una mistura engañosa y liosa para la gente. obispos

Jesús es nítido y claro en todo momento y se puede asegurar que sus mayores ataques han ido contra el poder religioso de la época que, con su poder, sometía a los feligreses. No recuerdo ninguna manifestación contra la ocupación romana pero sí una buena tanda de palos contra los mercaderes que habían tomado el templo.

Hoy la Palabra nos vuelve a recordar que nos mantengamos vigilantes y alejados de tentaciones. Soy ciudadano y cristiano y no puedo separar ambas cosas. Pero debo ser justo y verdadero en mi lucha por el Reino.

Un abrazo fraterno

Por tu palabra, echaré las redes (Lc 5, 1-11)

Termina el Evangelio de hoy diciendo que aquellos pescadores lo dejaron todo y se dispusieron a seguir a Jesús. Es algo que impacta y llama la atención, sin duda. A uno le gustaría tener esa decisión. Pero hoy me gustaría hacer que mi oración girase con algo que sucede antes de ese «dejar».

Cuando Jesús le pide a Pedro que lleve la barca mar adentro y eche las redes de nuevo le está pidiendo algo que carece de sentido humano. Pedro es pescador experimentado, Jesús no. Pedro acababa de llegar de faenar toda la noche. Lo De Jesús parece un farol propio de quién pretende saber sobre lo que no tiene ni idea. Pero Pedro… lo hace. Es tal vez esta actitud la clave del seguimiento. Puede que luego sea más fácil seguirle cuando ya has tenido muestras de su «poder» pero al comienzo, cuando la propuesta no está llena de mucha lógica… hay que ser tremendamente humilde y tremendamente «loco» para llevar a cabo lo que Jesús propone.

Nosotros nos cargamos de razonamientos y seguridades y pretendemos darle a todo ese cariz de lógica humana que, muchas veces, echa por tierra aquello que Jesús nos propone para darnos el empujón definitivo. Debo ser humilde y reconocer que, con Él, se puede obrar el milagro.

Un abrazo fraterno

No enseñaba como los letrados… (Mc 1, 21-28)

… sino con autoridad».

 Desde luego entiendo que la autoridad de la que habla el Evangelio es algo especial pues la pone como contrapunto a los letrados del momento. Si los letrados eran los que sabían leer y escribir, los conocedores de las normas, de los preceptos, de la Escritura… los sabios y doctos… ¿De qué autoridad estará hablando el Evangelio para contraponerla a la autoridad derivada del conocimiento, de la cultura, de la preparación intelectual…?
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Lo que yo saco de aquí es que hay una autoridad vital que uno no se labra sino que le otorgan. ¿Qué ve la gente para dar esa autoridad a alguien? Algo distinto sin duda a lo que verían en los letrados. Tal vez una coherencia vital entre lo que se dice y lo que se hace. Tal vez una preocupación y cercanía máxima a las personas, al pueblo, a los más desfavorecidos y a los que más sufren. Tal vez escucharían palabras y verían gestos liberadores y no opresores…

La autoridad de Cristo nada tiene que ver con los méritos, ni con los títulos, ni con los puestos de poder, ni con la clase social… Es otra cosa. Y muchos años después, sigue siendo igual…

Un abrazo fraterno