Blanquearán como nieve (Isaías 1,10.16-20)

Es preciosísima esta lectura de Isaías. Me transmite meridianamente lo que Dios espera de mi. Creo que no se pretende que deje de pecar, de hacer cosas mal, de dejarme llevar por lo peor en algún momento… Lo que se pretende es que la balanza caiga del lado de todo lo bueno que hago, por amor, con el prójimo. ¿Qué hago con y por las viudas, los huérfanos, los oprimidos? Eso es lo que le importa al Padre. Cuántas menos cosas mal haga mejor, está claro, pero no se trata tanto de estar pidiendo perdón y lastimándome por lo pecador que soy como de gastar mis talentos en el prójimo, construyendo Reino. Esto es lo que el Padre quiere de mi. Estoy en ello.

Un abrazo fraterno

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