Jesús toma el centro. Testimonio y seguimiento, hoy

Contemplo la escena evangélica de hoy y recibo una Palabra sobre dos experiencias importantísimas en la vida de fe: testimonio y seguimiento.

Andrés recibe de Juan el anuncio de quién es Jesús y el empujón para que lo elija como Maestro. Andrés hará luego lo mismo con su hermano Pedro. El testimonio es una cadena donde uno recibe y donde uno da. Si miro a mi vida me doy cuenta de que muchos personas han sido para mí anuncio de Jesús: mis padres, mis profesores, varios religiosos escolapios, sacerdotes, familiares, amigos que ha conocido… ¡Gracias Señor por todos ellos! Y también miro mi vida y compruebo que he intentado no dejar de dar testimonio de lo que yo he recibido, visto y oído: en el cole, a través de las redes, en mis blogs, como catequista de jóvenes, en mi anterior trabajo, en los whtasapps…

La experiencia de seguimiento me cuestiona más, sin duda. Cuando Jesús aparece en la vida de uno, te mueve de donde estás irremediablemente. Seguir a Jesús implica abandonar «un lugar vital» para que sea Él «el lugar» donde vivir a partir de ahora. ¡Cómo cuesta esto! A veces quiero seguir imponiendo mis seguridades, mis aficiones, mis lugares, mis maneras, mis personas, mi estilo… Debo abandonarme mucho más. ¡Ayúdame, Señor, a darte el centro de mi vida, a no seguir a otro!

Un abrazo fraterno – @scasanovam


Evangelio según San Juan 1,35-42

Reconocer a Jesús en mi vida

Carta del apóstol San Juan 2, 29-3, 6
Evangelio según San Juan 1,29-34


Comienzo el año 2017 con el propósito de retomar este blog, el decano de mi actividad bloguera. El parón sufrido en el mismo ha sido también un parón en mi oración diaria… ¡Para que luego digan que las redes no pueden servir de ayuda a la vida cotidiana!

Hoy leo las lecturas y se me queda resonando con fuerza un verbo que aparece, de una u otra manera, en la primera lectura y en el Evangelio: RECONOCER. En el fondo, de lo que me habla hoy la Palabra es de la capacidad, o el don, de poder o saber reconocer a Cristo en mi día a día. Me habla de tener una mirada lo suficientemente limpia como para percatarme de que Jesús vive a mi lado a cada instante. Está en las personas que me rodean, en su bondad, en su simpatía, en su amabilidad, en su ternura, en sus caricias, en su mano tendida, en los whatsapp que me mandan y se interesan por mí, en su compromiso, en su fortaleza… Está en la madre amiga divorciada que lucha por sacar a sus hija adelante, en el familiar que lo deja todo por cuidar a su madre enferma, en el religioso que se desvive por los jóvenes y su futura felicidad, en los esposos que siguen peleando y construyendo familia pese a sus dificultades…

Esa mirada es, en sí misma, un don del Espíritu. Cuánto más abierto esté yo a Dios, más fácil me será mirar de esa manera. Cuanto más desordenada esté mi alma… más me costará encontrar a Jesús en los rincones de mi vida. Ordena mi vida, Señor. Toma el centro.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – La autoridad del amor – Lunes III

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Yo decido a quién le otorgo poder sobre mí. A veces me pierdo y concedo esto a personas, a situaciones, a cosas. No quiero que sea así. Quiero que seas Tú la primera y última pregunta de mi vida, la palabra definitiva.

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Nos sobran gobernantes, presidentes, alcaldes, secretarios generales, managers, leaders, responsables… Ansiamos tener autoridad para vivir mejor, para mandar a otros y pensamos que es el cargo quién da la autoridad. Tú, en cambio, tienes toda la autoridad; Tú, que naces niño en una cueva de Belén.

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Señor, gobierna mi vida porque eres quién más me ama. Sólo el amor tiene autoridad.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Para llegar a Jesús hay que querer estar con Él – Viernes II

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Cada día es una sucesión de decisiones. Cada día tengo multitud de opciones. Muchas de ellas son, para mí, tentaciones, no sé para otros. Tentaciones porque me gustan, me atraen, pero me separan de Ti. Y entonces la batalla está servida. Seguirte no es siempre fácil, elegirte, muchas veces, es tan difícil.

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Qué difícil mantenerse en pie sin ayuda. Creo que soy frágil y débil y que es fácil tentarme porque el que tienta conoce mis puntos débiles. Todos los tenemos. Si la tentación no fuera fuerte, no sería tentación. Me tientan el bienestar, la comodidad, las buenas sensaciones, el placer…

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Este Adviento quiero prepararme para que, cuando vengas, te encuentres a un hombre débil y frágil pero tremendamente deseoso de recibir un anuncio, dispuesto a emprender el camino, sediento de otra cosa y fuerte para vencer la tentación de permanecer en «lo malo conocido». Señor, ayúdame a coger el camino que lleva hacia Ti, quiero estar contigo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Un niño, un Rey. El poder de los pequeños – Jueves II

Tú eres mi Rey, niño, grande en tu pequeñez.

Nos nace un Rey. A veces olvido esto cuando llega la Navidad. Parece que lo del Niño Jesús es algo bonito, romántico, curioso, tierno y hasta un poco «happy» de más. Pero a veces pierdo la referencia. Celebro la Navidad porque en ella se nos fue dado un Rey, Aquél que gobierna el mundo, Aquél al que obedecen los vientos, Aquél que tiene en sus manos nuestras vidas…

Tú eres mi Rey, niño, grande en tu pequeñez.

Hablando de ello en el oratorio, ayer, con una clase de Primaria, decíamos esto: se nos ha ido la cabeza. ¡Un niño, un Rey! ¡Todos postrados ante un niño! ¡Todos adorando a un niño! ¡Un niño que viene a salvarnos! Es la apuesta de Dios por lo pequeño. Es la declaración más fuerte de Dios a favor de los pequeños. No hay palabra más contundente que el lloro de Jesús en los brazos de su madre.

Tú eres mi Rey. niño, grande en tu pequeñez.

¡Cómo no ibas a decir que de los niños era el Reino de los Cielos! Nos cuesta y nos resistimos a aceptar esto. Seguimos poniendo en los libros, en la firmeza, en el sacrificio, en valores adustos y absolutos nuestra salvación… ¡Si fuéramos más niños!

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Se busca descanso duradero y de calidad – Miércoles II

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

¡Cuántas cosas nos ofrecen para descansar! ¡Cuántas experiencias para poder desconectar! ¡Cuántas maneras para evadirnos de una realidad cargante! ¡Cuánto spa, cuánto zen, cuánto yoga, cuánto… para relajar nuestros músculos estresados, nuestro cuerpo tenso, nuestra mente agotada, nuestra alma seca!

Y pese a todo ello, Señor, hay algo que nunca encuentra consuelo, lugares de los que no consigo evadirme, sentimientos que no consigue driblar.

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

Me canso a mí mismo más que ninguna otra cosa, más que ninguna otra persona. Me canso cuando soy incapaz de dejar mis exigencias a un lado, aún pretendiéndolo. Me canso cuando repito el mismo error una y otra vez. Me canso cuando percibo que mi trato a los demás no es suave y dulce. Me agoto de mi tono duro, de mi mano firme, del listón que aplico a todo.

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

En este Adviento quiero caminar hacia Ti, quiero descansar y procurar descanso. Quiero ser como uno de esos pastores que, pese al frío de la noche y la dureza de la tarea, recibieron alegres y esperanzados la noticia de tu llegada. Quiero ser como uno de esos pastores que se pusieron en camino y marcharon a descansar en los brazos de una Madre y en la pequeñez de un Niño.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – No hay Navidad sin necesidad de Dios – Viernes I

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

A veces busco la felicidad en lugares, personas o cosas que, como mucho, me dejan un buen sabor de boca temporal. Vivo experiencias gratificantes, supero retos, disfruto con momentos compartidos… pero hoy leo la palabra de Isaías y me digo: quiero que vengas, Señor, y quiero que traigas todo eso a mi vida.

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

Cuando te pongo en el centro, cuando decido desde Ti, cuando la vida gira en torno a Ti, todo parece ser mejor, la mirada parece sanarse y alegrarse y el mundo, a veces oscuro y enfermo, se torna regalo y premio.

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

No hay Navidad sin deseo. No hay Navidad sin oscuridad, sin noche, sin frío. No hay Navidad sin pobreza ni incomodidad. No hay Navidad sin necesidad de Ti. Prepararse es mirar al frente y decir: «Sí, te necesito. Sí, te quiero. Sí, te deseo.»

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – La roca que me hace fuerte – Jueves I

Señor, tú eres mi roca.

Vivir en Salamanca te lleva a contemplar la belleza de la piedra de Villamayor. Casi todas las construcciones de la ciudad están hechas con ese material, lo cual da una sensación de fortaleza a la ciudad que sorprende. Yo quiero también construir sobre roca, ser construcción recia y fuerte. Y quiero comenzar bien este nuevo año.

Señor, tú eres mi roca.

¿Cómo puede ser un pequeño, nacido en una gruta, olvidado de todos y por todos rechazado, ser roca de la humanidad, cimiento del mundo, salvación de todos? ¿Cómo puede ser un pequeño nacido de mujer, frágil, necesitado, ser Dios mismo? ¿Cómo puede ser Omnipotente y Glorioso un Dios, cuya máxima expresión es hacerse hombre, como yo?

Señor, tú eres mi roca.

Señor, tú me conoces. Señor, tú sabes de qué va esto de ser hombre. Nos conoces bien. Sabes lo que es sufrir, lo que es la tentación, lo que es la maldad, lo que es la soledad, lo que es la traición, lo que es la enfermedad. Sé mi roca en todo eso Sé mi pilar, mi sostén, mi baluarte, mi alcázar… para que nunca piense que yo puedo solo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – El MasterChef de Belén – Miércoles I

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Tú sabes que seguirte no es sencillo. Hay que recorrer largos caminos, transitar por veredas pedregosas, atravesar puertas estrechas… Muchas veces me topo con la soledad, con la incomprensión, con la duda y el miedo. Muchas veces creo perder la fuerza para continuar adelante. Pero Tú me das de comer, Tú me alimentas, Tú me sostienes.

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Lo noto. Noto cuando dejo de alimentarme, cuando falto a la Eucaristía, cuando olvido acercarme a la Reconciliación, cuando la oración desaparece. Mis músculos flaquean, cedo a las tentaciones, todo se torna de un color más apagado, sin brillo. El cuerpo y el alma pasan hambre y desfallezco.

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Quiero sentarme a tu mesa en este Adviento. Ponerme mi mejor traje, perfumarme, peinarme y presentarme ante Ti con la mejor de mis versiones. Quiero participar en tu banquete, quiero saciarme con las maravillas que me tienes preparadas. Quiero estar ahí cuando vengas de nuevo y me invites a ser tu amigo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – El Señor de los pequeños – Martes I

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Me gusta compartir mi día a día con los pequeños, Señor, estar todo el día rodeado de niños y niñas. Me gusta que me abracen, que griten mi nombre cuando me ven por el patio, que sonrían cuando les sonrío, que recen conmigo en el oratorio, juntos, con mucha fe y con mucha naturalidad. Me hacen sentir que soy un poco Tú, Señor, y me hace pensar en la manera que tengo yo de buscarte a Ti. ¿Soy como ellos? ¿Corro hacia Ti? ¿Te llamo a gritos a lo lejos cuando te veo? ¿Río contigo? ¿Me abrazo a Ti?

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Me gusta saberme pequeño a tu lado, Señor. Necesito de Ti. Soy frágil pese a mi aparente fortaleza. Soy débil pese a mi aparente coherencia. Me pierdo pese a parecer que siempre voy por el camino correcto. Soy mediocre, Señor. Un pequeño que no quiere serlo… Pero me alivia saber que Tú te haces pequeño por mí, para mirarme a los ojos, para estar a la altura, para venir a por mí y hacerme grande.

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Sólo aceptando mi pequeñez, cambiaré mi vida. Sólo desde ahí, seré grande en Ti. Ten misericordia de mí, Señor.

Un abrazo fraterno