Venid a mi todos los que estáis cansados (Mt 11, 28-30)

De todas las películas que se han hecho sobre Jesús he de confesar que la que más me gusta y a la que más cariño le tengo es a «Jesús de Nazaret» de Franco Zeffirelli. La imagen de Jesús que proyecta Robert Powell está grabada en mi corazón por las veces que vimos la película en familia y por los pelos de punta que pone Powell en determinados momentos de su interpretación. Una de las escenas que recuerdo, por como se aceleraba mi corazón, es la de Jesús sentado en unas escaleras dentro del Templo, rodeado de gente humilde y necesitada, diciendo las palabras que hoy nos trae el Evangelio de Mateo. Y recuerdo con meridiana claridad mi deseo por ir a cubrirme por sus brazos, por querer sentir el calor de su abrazo, su ternura, su comprensión… Suscitaba en mi la imagen de un Jesús tremendamente cercano, escuchando todo aquello que yo quería contarle sobre mis agobios, mis preocupaciones, mis arrepentimientos, mis incoherencias, mis fracasos… Un Jesús que escuchaba, que sufría a mi lado, que enjugaba mis lágrimas, que me comprendía, que padecía a mi lado, que me amaba, sin un ápice de juicio en sus ojos…

Yo estoy cansado de toparme día tras día con las mismas piedras, estoy cansado de verme sin fuerzas y sin voluntad en mis estudios, cansado de mis torpezas, cansado de mis miedos. Y siento tu abrazo Jesús. Y me siento amado. Y todo cansancio desaparece…

Un abrazo fraterno

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El sitio que pisas es terreno sagrado (Ex 3,1-6.9-12)

zarza.jpgEsta Palabra de hoy en el AT siempre me ha dicho mucho aunque es en los últimos tiempos cuando más sentido le he encontrado y más íntima la llevo en mi corazón.

Dios se le presentó a Moisés en forma de zarza ardiente. A mi se me presenta de otras maneras. Pero hay una que siempre he relacionado directamente con esta Palabra: los jóvenes. Siempre he intentado ser un buen testigo de aquello que yo mismo había descubierto. Muchas veces lo habré conseguido y muchas veces no. Pero últimamente soy muy consciente de que no llega con la buena voluntad y que, por lo de pronto, uno tiene que descubrir a Dios en cada muchacho y «descalzarse» cada vez que habla con ellos, en cada reunión, en cada retiro, en cada momento de compartir, en cada Pascua… No se puede hacer de otra manera. No se debe hacer de otra manera. Hay que caminar con sumo cuidado y con sumo respeto. Esto me ha llevado a hablar menos y escuchar más, a comprender más y aconsejar menos, a trabajar mi empatía, mi compasión… Me queda mucho por hacer pero tengo estas palabras grabadas a fuego: el sitio que pisas es terreno sagrado.

Un abrazo fraterno

Me arrastra la corriente (Sal 68)

¡Cuántas veces me arrastra también a mi la corriente! ¡Cuántas veces tampoco hago yo pie Señor!

Me arrastra la corriente cuando compro y gasto lo que no necesito.
Me arrastra la corriente cuando justifico mi parálisis y silencio ante situaciones injustas.
Me arrastra la corriente cuando me dejo llevar por mis apetencias en lugar de cumplir con mi obligación.
Me arrastra la corriente cuando lo peor de mi puede a lo mejor de mi.
Me arrastra la corriente cuando mi lenguaje se rebaja, cuando piero por la boca mi «ser».
Me arrastra la corriente cuando tapo mi oídos y tiro para adelante como si nada pasara a mi alrededor.

¡Dame tu mano Padre y ayúdame a volver a tu orilla!

Un abrazo fraterno

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El que pierda su vida por mí la encontrará (Mt 10,34-11,1)

¡Qué clarito es a veces Jesús! Podía serlo menos… viviríamos un poquito mejor. Hoy la Palabra es idónea para los tibios, los ingenuos, los mediastintas, los que se piensan que luchar por el Reino y ser seguidor y testigo de Cristo no es incompatible con otras muchas cosas.

Jesús hoy me deja claro que si quiero vivir en plenitud, si quiero llegar al encuentro con el Resucitado tengo que pasar por la cruz. Una cruz que me llevará a la muerte, a la crisis absoluta, al silencio, al desconcierto total. Jesús no me habla de «dar la vida». Me resulta curioso y me llama la atención. Jesús habla de «perder» y nadie quiere perder por lo tanto entiendo que esa vida perdida es una consecuencia y no algo que se busque. Si soy fiel a Cristo, a su Palabra, a su mensaje INEVITABLEMENTE perderé la vida. No es compatible construir Reino y no tener problemas por esta causa. Cuando uno lucha por la VERDAD está sentenciado.

Pero la promesa de Jesús es la esperanza del horizonte. Él está allí esperándome. Difícil camino, inmejorable meta.

Un abrazo fraterno

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Sed sagaces como serpientes (Mt 10, 16-23)

Hay gente que piensa que los «cristianitos» somos un poquito lerdos. Y desde luego que viendo a alguno yo también lo pensaría. Sobran los puritanos, los mojigatos, los ingenuos, los santitos… Si queremos evangelizar el mundo primero debemos conocer bien en qué mundo vivimos y cómo son aquellos que tenemos alrededor, tanto los que queremos evangelizar como aquellos que pretenderán impedírnoslo. En una batalla no nos podemos permitir el lujo de vivir en los mundos de Yupi.
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Hay que saber qué música se oye, qué cine se ve, qué programas de TV son los más vistos, estar al tanto de la actualidad internacional, nacional y local… Juan Pablo II lo dejó claro en su última visita a España «se puede ser moderno y seguir a Cristo». Hay algunos que esa frase la han borrado de sus memoria. Y ser moderno también implica saber llevar y tratar ciertos temas con naturalidad, desde posiciones abiertas al diálogo, alejadas del moralismo… El mundo necesita un apostolado de gente «normal». Ya habrá tiempo de dejar claras «las locuras de Cristo».

No sé. No es muy estructurado todo esto que digo pero es algo que debo seguir interiorizando…

Un abrazo fraterno

Ni sandalias, ni bastón (Mt 10, 7-15)

barro.jpgNi dinero, ni alforja, ni túnica, ni sandalias, ni bastón.

Todo esto sobra para ir a anunciar y construir el Reino. No es que no haga falta, es más: SOBRA. Hay que apostar fuerte, correr riesgos, asumirlos vitalmente, romper puentes, jugársela a una carta…

Dios me conoce, sabe quién soy y lo que puedo hacer. Me llama. Me envía. Me llena de dones. Hay un camino que recorrer. Pueblos que visitar. Gente que conocer. Mucho que hacer.

Es difícil hacer esto hoy, en una sociedad que fomenta justo lo contrario: el bienestar, las seguridades, el dinerito en el banco, el ocio placentero… Ésto no se entiende ni se acepta. Hay que luchar, incluso, con los que más quieres. Y a todo el que se mueve de la manada, ¡palo! A todo el que levanta la mano para disentir, ¡palo! A todo el que decide que no estamos respondiendo fielmente al envío del Señor, ¡palo!

Hay que seguir en camino. Cuánto más embarrado mejor. Es en los caminos de barro, piedras, arena, cuestas y zarzas donde nos encontraremos a los que no pueden ir con un AUDI por la autopista.

Un abrazo fraterno

El plan del Señor subsiste por siempre… (Sal 32)

… siempre que le dejemos.

Porque el Señor tiene planes, sí. El Señor nos ha soñado y creado para algo, sí. Pero el Señor, ante todo, nos ha hecho LIBRES. Y esa libertad inlcuye la capacidad de decir NO a sus planes, NO a sus sueños. Por eso me parece tan grande el Dios en el que creo. Porque asume riesgos sin perder un ápice de amor.
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Desarrollar mi vocación está en mis manos. Igual que descurbrirla. Mi felicidad depende de mi. Mis decisiones son mías también con sus consecuencias.

No pienso dejar en manos de Dios mis fracasos personales. Bastante hace ya con amarme con locura pese a mi…

Un abrazo fraterno

Al ver a las gentes, se compadecía de ellas (Mt 9, 32-38)

… estaban agobiados, extenuados, cansados, confusos… como ovejas sin pastor…

No es tan diferente el mundo en el que vivió Jesús del mundo que nos ha tocado vivir ahora. Cuando miro alrededor también veo una muchedumbre cansada, agotada de vivir de una determinada manera, apesadumbrada por no encontrar el sentido a muchas cosas, confusa por no poder ser quién uno es realmente, agobiada por el ansia de tener, de tener todo, de tener más que… Veo familias rotas, parejas inmaduras, jóvenes que se aburren y que no saben qué hacer con su tiempo libre. Veo políticos con prioridades distintas al bienestar de aquellos que les han elegido. Veo consultas de psiquiatría llenas y personas que no están en ellas y deberían. Veo malos tratos y drogas. Videojuegos violentos. Sexo banalizado. Veo un pueblo que actúa cual oveja sin pastor… Veo una Iglesia que ha hecho de su diversidad un problema. Veo pastores que cuelan un mosquito y se tragan un camello. Veo fanatismos en todos los lados.

¿Qué hay de la Buena Noticia de Jesús? Fuera de nuestros templos, de nuestras casas, de nuestros grupos, de nuestras comunidades, de nuestras diócesis, de nuestras congregaciones y órdenes… nos esperan «las gentes» sedientas de una Buena Noticia. ¿Qué estamos haciendo con ellos? ¿Estamos siendo transmisores de esa Buena Nueva de Jesús? ¿Nos compadecemos de esa gente? ¿Padecemos a su lado o convertimos el mundo en un lugar de «buenos y malos»? Tenemos mucho por hacer. Tengo mucho que hacer. El Señor me sigue llamando a su mies.

El Señor pide OBREROS. TRABAJADORES. Hay que remangarse, salir a los caminos y dejarse de tanta parafernalia…

Un abrazo fraterno 

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Tu fe te ha curado (Mt 9, 18-26)

Después de una larga ausencia debida al nacimiento de mi hija Inés, hoy vuelvo a compartir la Palabra. Y es una Palabra que me alegra enormemente compartir. La leí en reunión de comunidad y esa frase de «Tu fe te ha curado» resonó durante todo el tiempo de oración.

Si me permito completar la frase con un paréntesis seré capaz de compartir mejor lo que pretendo decir.
«Tu fe (en mi) te ha curado» es una posible interpretación de la frase. Muchos la habrán entendido así.
«Tu fe (en que podías curarte) te ha curado» es otra posible interpretación. Yo, hoy, la he leido y orado desde aquí.
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Me parece tremendamente bonito creer en un Dios que cree en mi. No es Él quién me cura sino yo. Es mi actitud, mis decisiones, mi esperanza, mis ganas de cambiar, mis ansias de felicidad, mi determinación a cerrar mis propias heridas. Y Jesús me da ese protagonismo. Jesús hoy me dice que tengo capacidad para curarme y ser feliz. Jesús me dice que es mi fe en esa curación la llave del cambio.

También me surge, pues, la pregunta de ¿qué pinta Jesús en todo esto si soy yo y mis capacidades las que cambian mi vida, si es mi actitud la que importa? Y, en oración, llegué a la conclusión de que Jesús suscita, de que el amor de Dios provoca la necesidad de cambio, de que la mirada de Jesús y su llamada despiertan en mi algo dormido, susurran en mi palabras necesarias.

El milagro no es que Jesús me cure sino el que sea capaz de haber inyectado en mi vida la necesidad de estar sano, pleno y feliz.

Un abrazo fraterno

Salmo 145 

Feliz aquel que en el Dios de Jacob tiene su apoyo,
y su esperanza en Yahveh su Dios,
que hizo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto en ellos hay;
que guarda por siempre lealtad,
hace justicia a los oprimidos,
da el pan a los hambrientos,
Yahveh suelta a los encadenados.
Yahveh abre los ojos a los ciegos,
Yahveh a los encorvados endereza,
Ama Yahveh a los justos,
Yahveh protege al forastero,
a la viuda y al huérfano sostiene.
mas el camino de los impíos tuerce;
Yahveh reina para siempre,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Leer este salmo con la pieza de «Gabriel’s oboe» de fondo… no admite comentarios…