Cómo entender a Jesús y no morir en el intento

Esta pasada Semana Santa grabé una película que emitieron por Telecinco y que mi amiga Paula me había recomendado: María de Nazaret, con Alissa Jung en el papel de María y Paz Vega como Magdalena. Recomendada. Es la historia de María contada desde una mirada distinta, particular, tremendamente alegre. La figura de María cobra un nuevo sentido en muchos momentos y ayuda a adentrarse en su misterio.

Uno de los pasajes que sale en la película es este que nos encontramos en el Evangelio de hoy. El de hoy puede resultar, sin duda, un Evangelio desconcertante. Un Jesús que parece estar especialmente rudo y desagradable con su madre. La pregunta es inevitable: ¿Cómo Jesús puede ser tan desagradable y airado con su madre? ¿Cómo se sentiría la Virgen ante tal respuesta de su Hijo amado? La película nos muestra una escena en la que el desarrollo de los hechos es ligeramente distinto a lo que imaginamos.

María no llega aquí de nuevas. María conoce a su Hijo, sabe quién es y cuál es su misión. María ya ha pasado por la Anunciación, ya ha pasado por el compromiso y la boda con José, por la falta de entendimiento de su gente, por el nacimiento de su Jesús en un pobre pesebre y la visita de pastores y Magos. Esta es la María que ya perdió y encontró a su Hijo en el Templo tras tres días y la que lo vio marchar dispuesto a hacer lo que Dios le había encomendado. Esta María… no se cae del guindo; esta María ya había meditado y rumiado todo en su corazón. En la película se muestra a una María que entiende lo que su Hijo quiere decir y que se alegra con Él y con su Palabra. En la escena, ella es, posiblemente, la única que se entera

Entender al Señor no es sencillo muchas veces. A mí me resulta complicado comprender muchas cosas que el Señor consiente, muchas cosas que el Señor y su Iglesia dicen… la clave está en María y en su camino: el camino de la humildad, de la disponibilidad, de la aceptación, del amor a Jesús, de la meditación. Sin eso todo se hace muy complicado. Con eso… los misterios estarán mejor iluminados.

Así sea.

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