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Un cántico nuevo (Sal 95)

Es hora de cerrar un ciclo y comenzar otro. ¿Mejor? ¿Peor? ¿Cómo se califican los años, en los que tantas cosas pasan? ¿Cómo valorar lo que este anciano 2020 nos ha quitado y nos ha aportado? ¿Habrá que dejar pasar el tiempo?

Lo que es claro es que Dios lo hace todo nuevo y que de las cenizas que hoy tocamos con las manos, Él nos ayudará a sacar vida de nuevo.

Es tiempo de cantar un cántico nuevo, diferente. Se asoma una nueva oportunidad. Cada día lo es. Cada año también. Celebremos la vida. Celebremos el amor.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Esperamos algo nuevo (Pe 3,12-15a.17-18)

Esperamos algo nuevo. Ahí radica la fuerza de nuestra fidelidad y la firmeza de nuestros compromisos. Porque cuando miramos alrededor, comprobamos que el Reino todavía no ha acontecido en plenitud. Jesús nos presentó su llegada pero todavía queda para disfrutarlo a tope.

Guerras, hambre, descuido con el planeta, personas durmiendo en los soportales, desahucios, jóvenes en riesgo de exclusión, personas perseguidas por sus creencias, políticos corruptos, atentados terroristas, economías que lo absorben todo, sexo que deshumaniza, mujeres maltratadas… Cuántas cosas… Tantas que, a veces, el nivel de esperanza baja un poquito. ¿O no? A mí me pasa. Un día te levantas y ves tanta negrura…

En mi propia vida, tantas veces lo mismo. Proyectos que salen, actitudes que no cambian, tonos que hieren, egoísmos que permanecen, gritos que brotan, malos humores, tensiones sin sentido, malos pensamientos, críticas a otros, prejuicios, miedos que no desaparecen…

Pero espero algo nuevo. «Un cielo nuevo y una tierra nueva» dice el apóstol San Pedro en su carta. Una novedad por dentro y por fuera. Una novedad que sólo podrá darse cuando Jesús reine en mi mí y en mi entorno. ¿Le dejaré? ¿Le permitiré tomar posesión de toda mi existencia? Quiero que sea así. Quiero que le dé a todo una vuelta. Que lo mejore, que lo ilumine, que lo pacifique, que lo recree.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Despojaos del hombre viejo y revestíos del nuevo (Col 3,1-11)

adelgazar_manzanasCada vez que empieza septiembre, para mi, es como si empezara el año. Es más, creo que los mayores propósitos personales siempre los hago en septiembre y nunca el 31 de diciembre. Debe ser que estoy demasiado rodedao de profesores que el año escolar es el que marca mi vida.

Me quedo con ese llamamiento en la carta a Colosenses. Yo me quiero desprender de muchas cosas de mi que deben ser viejas. Nuevo estoy mejor. Soy más ágil, más productivo, más útil y más guapo, incluso. Quiero cuidarme más y hacer más ejercicio. Jugar más con mis hijos e incluso dar un paso más en mi crecimiento personal y comunitario. ¿Es demasiado? No lo sé. Veremos cómo está el ánimo dentro de 4 ó 5 meses. Lo que sí sé es que lo del ejercicio físico me lo quiero tomar en serio. Hay que adelgazar. Esos kilos que me sobran no son de Dios y punto. Porque no es de Dios la dejadez y la actitud con las que los gano. Y no hay más que hablar.

Un abrazo fraterno